La crisis de seguridad en Chile, – conforme a la visualización del ciudadano-, fue un detonante importante para la toma de decisiones electorales recientemente acontecidas. 

Lo anterior, basado en un sufrimiento transversal, – muchas veces repetido-, que afecta a toda la ciudanía sin tipologías de ninguna especie.  

Sin ingenuidad podemos decir que todos los ofertones políticos de los ocho (8) candidatos presidenciales, mas todos los candidatos a senadores y diputados para el 16 de noviembre de 2025, fue ofrecer solucionar los problemas de seguridad, -aunque con diferentes matices-, para encantar al ciudadano elector, con divergentes visiones y falta de criterios técnicos. Es decir, mucha venta de humo.

Este 14 de diciembre de 2025, Chile se pronunció por una preferencia y por lo tanto un proyecto programático donde el candidato electo don José Antonio Kast, esta mandatado para cumplir el rol constitucional de brindar seguridad y orden público interior, ya sea a través de sus propuestas como de otras medidas que deberá adoptar conforme a las contingencias que se vienen.

En el planteamiento general, Kast, presentó un conjunto de planes orientados a enfrentar determinados focos de prevención delictual, represión activa anti crimen y control social formal.

Planes propuestos:

1.- Plan Implacable, para enfrentar el avance del crimen, terminar con los narcos funerales, nuevas cárceles de máxima seguridad, segregación real de los cabecillas narcos, penas más duras. 

2.- Plan Escudo Fronterizo, para reducir ingreso de migrantes ilegales, regular las salidas, evitar con medidas físicas el acceso en la frontera (zanja)

3.- Plan Cancerbero, cambio radical, profundo e intransigente del sistema penitenciario chileno. Declaración de guerra al crimen organizado.

4.- Plan Iquique seguro, para recuperar la tranquilidad en la zona norte, especialmente en Colchane y Huara. Cierre de la frontera norte. 

5.- Plan Protección de la Infancia, orientado a proteger a jóvenes en tema de salud mental, crimen organizado, educación e inseguridad. 

6.- Plan sin Licencia para Estafar, diseñado para evitar la estafa institucionalizada. 

Las elecciones finalizaron, esta por terminar el año 2025, luego enero y febrero donde algunos salen de vacaciones y rápidamente llegamos al 11 de marzo de 2026, donde debe notarse el cambio de mano en la conducción a todo evento, pero principalmente en seguridad, donde los chilenos están impacientes. Hay mucho por trabajar.  

Es decir, hablar menos y ejecutar acciones prácticas, dejar el maquillaje de forma e ir al fondo del problema, a la medula, con la finalidad de atacar el núcleo de la conducta desviada y sus medios asociados, que independente de su naturaleza de maldad, afectan a la población en general, por lo tanto, hay que priorizar en las medidas de forma escalonada, pero de forma asertiva. 

Al respecto, en Tiempo 21, publicamos la visión de los dos últimos candidatos en competencia, pero hoy, hay que centrarse en el resultado y conforme a lo que debiera hacer el próximo gobierno liderado por José Antonio Kast, quien debe deducir las maniobras de control social, partiendo de la base que no es un acto de magia ejecutar las operaciones necesarias para reducir la criminalidad, sin antes erradicar de forma inmediata las tendencias de corrupción que han afectado al país. La señal debe ser clara y contundente, que no quede duda, que se visualice la transformación positiva del Estado.

Se debe considerar una pauta matriz de control con plazos y responsables, que informen los avances y problemas que surjan, sin ocultarle nada al presidente. Deben estar todos alineados con la meta propuesta y para ello como derrotero deben aglutinar las propuestas en un “Plan Maestro de nivel estratégico” , que funcione de forma interactiva, teniendo como base lo siguiente:

(*) Se refiere a gobierno y todos sus ministerios, Senado y Cámara de diputados, delegaciones, Seremis de seguridad.

También se requiere realizar otros controles cruzados, como Bancoestado, Corfo, Conadi, seguridad alimentaria y medio ambiente, pesca, estos se deducen de algunas actividades consagradas en algunos ministerios y subsecretarias. 

En la primera fase, no hay que perderse con los consensos, ya que deben ser medidas fuertes y que impresionen como inteligentemente coercitivas, para cumplir con los compromisos señalados y que la ciudadanía estará esperando. 

La política externa, se debe controlar a la Cancillería en sus relaciones con Argentina, Perú, Bolivia, USA, y otros países de interés. 

Respecto de la lucha contra el crimen organizado, tráficos de drogas y armas y migraciones ilegales, la misión la tienen clara. Sin embargo, se debe operativizar adecuadamente especialmente por los plazos de cambio que se esperan como medidas concretas y resultados en detenciones y decomisos que superen lo realizado. 

En relación al Terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones se debe potenciar el trabajo de anti terrorismo y de contraterrorismo, de forma profesional y responsabilidad selectiva, para actuar de forma anticipada y cuando no resulto la prevención de este delito grave, se deben ejecutar acciones represivas de carácter técnico y profesional.

Algunas medidas prácticas que se proponen:

a.- Re diseñar el Ministerio de Seguridad pública, en todas sus variantes y conducción de las obligaciones legales que posee esta entidad.

b.- Dejar que las instituciones de Carabineros de Chile y Policía de Investigaciones de Chile, cumplan sus misiones sin trabas, conforme a la ley y bajo control técnico mas que político. 

c.- Intervenir técnicamente y reformular a Gendarmería de Chile, para erradicar las malas prácticas, terminar con los paros y exceso de poder de los gremios y sindicatos en una institución que posee armamento. 

d.- Apoyar la gestión de la policía marítima dependiente de la Dirección del territorio marítimo y marina mercante, en el sentido del aumento del control fronterizo marítimo, lucha contra el contrabando, trafico de drogas y pesca clandestina.  

e.- En la macro zona sur que posee 4 zonas policiales a saber, Concepción, Araucanía, Los Ríos y Control de orden público (siendo este último el general más antiguo), debería nombrarse un general inspector (tres estrellas), a cargo de estas cuatro zonas policiales, para mantener un mando unificado y una coordinación operativa vertical, para un mejor uso de los recursos y apoyo entre las altas reparticiones.  

f.- Fortalecer las Juntas de vigilancia y desarrollo rural existentes y crear otras para continuar con la vigilancia permanente de los territorios por parte de los miembros de estas juntas.

g.- Independiente de las juntas de vecinos, crear juntas de vigilancia urbanas a lo largo de Chile, que coadyuven a la seguridad desde la información de primera fuente ciudadana en relación a lo que ocurre en los barrios, poblaciones y villas de Chile.  

h.- Potenciar las unidades menores que realizan resguardo de la soberanía a través de la frontera, con especial énfasis en el norte, – en primera fase-, toda vez que la orgánica de Carabineros posee una escuela de fronteras, especialistas y como coordinadores a los Subprefectos de los servicios de cada prefectura limítrofe del país. 

i.- Implementar una operación armónica de las dos instituciones policiales más la relación técnica con gendarmería de Chile, cuyo objetivo sea mantener controlada a la delincuencia, independiente de modus operandi, organizaciones, y tipología criminal. 

j.- En definitiva, no existe una ecuación fija para mejorar la seguridad, pero se deben implementar acciones reales y quirúrgicas, con los medios que se tienen pero que el ciudadano perciba que hay mejoras de interés para solucionar los problemas y atacar frontalmente la inseguridad.

Ahora, lo que menos hay es tiempo, así que a trabajar por un Chile Seguro.  

JORGE A. AGUIRRE HREPIC

Profesor de Estado

Consultor en Inseguridad

CRIMINALISTA-CRIMINOLOGO