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47,5% de las comunas no cuenta con medios locales que informen debidamente a sus habitantes

Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 22 de agosto de 2025 | Publicado a las: 18:35

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Esta es la primera vez que se estudia la existencia de desiertos informativos en Chile a nivel nacional y se hace en momentos de particular fragilidad económica de los medios de comunicación. La principal conclusión de este análisis es que la gran mayoría de las comunas del país —excluyendo a casi todas las de la provincia de Santiago, donde se concentran los medios de alcance nacional—, son desiertos o semidesiertos informativos, lo que significa que en estas comunidades hay condiciones sumamente débiles para el ejercicio del periodismo profesional, que este está restringido o que no ha conseguido desarrollarse de un modo estable, impidiendo que la ciudadanía acceda a contenido de interés público local.

La investigación Desiertos de noticias locales, impulsada por la Fundación Gabo, analiza las condiciones del periodismo local en cinco países de América Latina: Argentina, Chile, Colombia, México y Perú. El objetivo es identificar áreas donde no existen condiciones apropiadas para el ejercicio del periodismo local y aportar evidencia para desarrollar estrategias que fortalezcan el acceso a información de calidad a nivel local. El proyecto identifica las zonas donde el acceso a información de interés público es limitado o está en riesgo, ya sea por ausencia de medios, precariedad laboral, concentración informativa o contextos de censura y autocensura.

En Chile, la investigación fue liderada por el Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales y estuvo a cargo de los periodistas Francisca Skoknic y Alberto Arellano. El proyecto levantó datos de 802 medios de comunicación desde Arica hasta Tierra del Fuego. En este proceso trabajaron 26 investigadores, quienes luego analizaron la información que lograron extraer en sus regiones. El conocimiento de la realidad local de esos investigadores fue clave para entender y poner en contexto lo que muestran los datos.

Primero, que casi la mitad de las comunas estudiadas son desiertos informativos, es decir, no hay medios locales o los que existen no entregan contenido local relevante para sus habitantes. Si sumamos los semidesiertos, la “aridez” informativa alcanza al 75% del territorio nacional. Eso implica que sólo en el 25% de las comunas existen medios que cumplen mínimamente con las necesidades de la ciudadanía de acceder a información local de relevancia.

En este complejo contexto, la radio se erige como el medio informativo por excelencia. Aunque se sabe que históricamente ha jugado un rol protagónico tanto en zonas urbanas como rurales para informar a los chilenos, la novedad es que siga manteniendo ese rol privilegiado pese a los avances de las plataformas digitales. Sólo en la región de Antofagasta el medio prototipo es un sitio web, mientras que en Tarapacá estas plataformas compiten codo a codo con las radios, que predominan en todas las otras regiones del país.

Las estaciones radiales no se han limitado a transmitir por las tradicionales ondas AM o FM, sino que cada vez es más frecuente que además tengan algún tipo de streaming, es decir que también transmitan en soportes digitales como Facebook, Youtube o en sus propias páginas web. En paralelo, los medios nativos digitales toman fuerza en medio de la retirada de los periódicos impresos.

Respecto de la forma de organización, predominan los medios que funcionan como empresas privadas, aunque otras estructuras, como las radios comunitarias, juegan un rol relevante en varias localidades del país. Llama la atención cómo en algunas comunas la presencia de fondos públicos es mínima y en otras prácticamente controlan a los medios, sobre todo a través de organismos locales, como los municipios. Del mismo modo, en ciertas áreas la influencia privada es baja o está atomizada y en otras hay industrias que influyen directamente en el financiamiento y el contenido de los medios, como es el caso de la minería en algunas comunas del norte del país.

Las formas de contratación del personal —periodistas con título profesional o quienes sin tenerlo cumplen esa función— también varían. Mientras en algunos medios los contratos indefinidos siguen siendo el vínculo laboral prioritario, el trabajo voluntario es lo que permite sostener a muchos medios locales, lo que habla también de un bajo nivel de profesionalización. El pago por la venta de avisos es relevante en algunas zonas, otra señal de precarización laboral.

En cuanto a los riesgos, las encuestas dan cuenta de que Chile sigue siendo un país seguro para los periodistas, pero empiezan a emerger amenazas aisladas del crimen organizado —con menciones en la Región Metropolitana y Antofagasta—, lo que debería ser una señal de alarma.

El resultado de la categorización a nivel nacional es el siguiente (se abarcaron 314 de las 345 comunas del país):

  • 149 comunas (47,5%) son desiertos informativos
  • 82 comunas (26,1%) son semidesiertos
  • 49 comunas (15,6%) son semibosques
  • 34 comunas (10,8%) son bosques informativos

Sobre desiertos de noticias locales

El proyecto se estructuró como una red de colaboración entre instituciones reconocidas en el ámbito periodístico y académico de cada país. Cada socio nacional fue seleccionado por su experticia y conocimiento del ecosistema informativo local: el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA); Quinto Elemento Lab, de México; la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC); el Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos de la Universidad Diego Portales (CIP.UDP), de Chile; y la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), de Colombia.  

En total 118 investigadores participaron en el proyecto y se aplicaron encuestas estructuradas a 6.133 proyectos periodísticos locales, en contextos tanto urbanos como rurales.

«En el año en que la Fundación Gabo celebra 30 años de trabajo por un periodismo ético y comprometido, este estudio representa un aporte decisivo para revalidar el rol del periodismo como bien público. Al visibilizar las brechas informativas que persisten en nuestra región, especialmente a nivel local, reafirma la necesidad de fortalecer el periodismo de proximidad, con vocación de servicio y arraigo en las comunidades, como herramienta clave para garantizar el derecho a la información y revitalizar la vida democrática desde los territorios”, dice Miguel Montes Camacho, director de Programas de la Fundación Gabo.

Los resultados del estudio están disponibles en un mapa interactivo que clasifica los territorios en cuatro categorías: desiertos, semidesiertos, semibosques y bosques informativos. Esta categorización refleja las condiciones para el ejercicio de un periodismo local independiente y sostenible.

A través de los mapas de cada uno de los países participantes, cualquier persona podrá identificar los niveles de acceso a información local en distintas regiones, así como comprender los factores estructurales que impactan el ecosistema informativo y los desafíos y potencialidades del periodismo en estos contextos.

FOTO: Contexto

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