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Eduardo Castillo Vigouroux, postulante a la Convención Constitucional: “Lo peor que pudiéramos hacer es hacer una Constitución impuesta por unos contra otros”

Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 5 de diciembre de 2020 | Publicado a las: 00:00

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Afirma que “la Convención no solo va a generar las bases para la revalorización de la democracia más allá de su fin de elaborar la carta magna, sino que es una oportunidad para que Chile avance en mejores mecanismos de participación para abordar en resolver los conflictos”.

Cuando uno escucha que deportistas, comentaristas del espectáculo o de la televisión o de otros personajes de la vida pública del país, levantan sus nombres para ser integrantes de la Convención Constitucional, se alegra que personas como el abogado y académico Eduardo Castillo Vigouroux, postulen a la instancia que redactará una nueva Constitución.

El titulado en la Universidad de Chile, es Magíster en Derecho Constitucional y Diplomado en Ciencia Política Aplicada. Se ha desempeñado profesionalmente en la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, en la Fundación Instituto Indígena del Obispado de Temuco y también  como jefe jurídico del Gobierno Regional de La Araucanía.

También ha sido parte de instituciones de derechos humanos como la Comisión Chilena de Derechos Humanos y Amnistía Internacional (sección chilena). Es académico y fue Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Temuco durante cuatro años.

En otros de sus cargos, es integrante del Directorio de la Corporación Cultural de Temuco. En el campo político fue fundador del PPD en La Araucanía, partido al cual pertenece. Fue concejal de Temuco (1992 a 1996) y de Padre las Casas (1996 a 2004).

Interés en la Convención

Después del trascendental plebiscito del 25 de octubre, los chilenos han decidido organizarse para discutir, deliberar y redactar una nueva constitución. A su juicio ¿cómo y quienes deben participar en ese proceso?

-Desde el 15 de noviembre estuve divulgando el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución y seguí atentamente los pasos para concretarlo. El proceso está abierto a todas y todos los ciudadanos, sin exclusión alguna. En este sentido la reforma constitucional Ley N° 21.216 aseguró la composición paritaria de la Convención (mujeres/hombres) y estableció normas especiales para los independientes. Ya hay acuerdo en el Congreso para rebajar en forma importante los requisitos de firmas para que los independientes o sus listas puedan participar pero está pendiente la posibilidad de pactos entre listas de independientes y partidos políticos; ojalá se concrete esto último.  He estado participando en varias reuniones con independientes de diversas comunas de La Araucanía y hay mucho interés en participar en la Convención.

En la decisión soberana de los chilenos, se acordó que una Convención Constitucional sea la encargada de proponer al país una nueva carta magna. Esta deberá conformada en un 100% por constituyentes elegidos y marginó de ella a los partidos políticos. ¿Qué es lo positivo y negativo de esta decisión?

-Como dije, el proceso es sin exclusiones ¿por qué excluir a los militantes de los partidos?; soy partidario de sumar y no de restar. Cuando se votó por el Apruebo y por Convención Constitucional estaban claras las reglas de la elección como que va a ser como la elección de diputados pero con paridad de género y candidaturas individuales o listas de independientes; ninguna norma prohibía la participación de militantes de partidos y por lo tanto los electores nunca votaron por excluir a los partidos de la elección de convencionales.

A partir del plebiscito, muchos candidatos a integrar la Convención, formaron parte de partidos políticos, pero ahora por no estar inscritos en uno, se declaran independientes. ¿Es esta la independencia que pidieron los chilenos en las movilizaciones que obligó al estado a planificar una nueva constitución?

-No veo el problema; si una persona perteneció a un partido y ahora es independiente es porque ejerció su derecho y una opción legítima cual es la de abandonar un partido que ya no la/o representa. En esta nueva condición de independiente puede sumar fuerzas con otros independientes que tengan sus mismos intereses o bien ir como independiente en un partido del cual se sienta más cerca. Vea el ejemplo del Partido Ecologista Verde que en la primaria a gobernador incluyó a dos militantes y a dos independientes y ganó el independiente Luis Levi, es decir, en la papeleta de abril él será candidato a gobernador regional inscrito por ese partido pero es independiente.

A pesar del mayoritario apoyo a una nueva Constitución ¿están preparados los chilenos para entender y comprender una carta fundamental, que tiene que considerar aspectos tan relevantes como acuerdos internacionales, convenios entre países, políticas y relaciones internacionales?

-Sí, siempre y cuando haya un proceso participativo y con información fluida. Ya se está proponiendo que el reglamento de la Convención establezca formas de participación directa (hoy es posible gracias a la tecnología), obligaciones para los convencionales de volver a sus distritos estableciendo formas de contacto con las organizaciones de toda índole. La prensa también tendrá un rol relevante.  El trabajo de la Convención no solo va a generar las bases para la revalorización de la democracia más allá de su fin de elaborar la carta magna, sino que es una oportunidad para que Chile avance en mejores mecanismos de participación para abordar en resolver los conflictos En suma contribuir a que seamos una sociedad donde prime el respeto y la dignidad de la personas independiente de su condición cultural, social y económica.

Algunas señalan preocupación porque ante la ansiedad por una nueva Constitución, se teme que pueda ser “revanchista” en su afán de eliminar las bases del poder económico y político que generó la constitución de Pinochet. ¿Cómo evitar que la propuesta de la Constituyente no sea utilizada por un sector político contra otro?

-Eso se logra escuchando a las personas y organizaciones de la sociedad civil. No he visto espíritu revanchista en nadie; al contrario se quiere que sea la Constitución de todas y todos. Lo peor que pudiéramos hacer es hacer una Constitución impuesta por unos contra otros, una Constitución de reacción. Ese temor se disipa con la regla de los dos tercios. Lo que sí he visto es personas con un espíritu de trinchera diciendo “logremos un tercio más uno en la elección de convencionales y ahí nos atrincheramos para defender lo nuestro” (por supuesto que “lo nuestro” es la Constitución de 1980) pero esta posición no tiene futuro por la regla de la hoja en blanco pues si en algo no hay acuerdo no queda vigente la Constitución de 1980; simplemente no es escribirá esa norma en la nueva Constitución. Quiero decir que será una Constitución que interprete a todas y a todos, de sentido común porque, en definitiva, son normas de convivencia, de cómo nos relacionamos entre nosotros y con la naturaleza.


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