Publicado por: Tiempo21 | sábado 8 de noviembre de 2025 | Publicado a las: 10:33
La paralización del gobierno de Donald Trump generó una crisis en los principales aeropuertos de Estados Unidos. La medida busca reducir la presión sobre los controladores aéreos, quienes trabajan sin sueldo por falta de presupuesto.
Una jornada de caos se vivió este viernes en Estados Unidos, luego de que más de 5.000 vuelos fueran cancelados o retrasados a raíz del prolongado cierre del gobierno federal, que mantiene sin fondos a diversas instituciones desde el 1 de octubre.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó a las aerolíneas reducir sus operaciones en 40 de los principales aeropuertos del país para aliviar la carga de los controladores aéreos, quienes —pese a no recibir salario por la falta de presupuesto— están obligados por ley a seguir trabajando.
El cierre se produjo tras el fracaso de republicanos y demócratas en alcanzar un acuerdo sobre el proyecto de ley de gastos impulsado por el presidente Donald Trump.
La falta de consenso ha provocado la suspensión de miles de empleados federales, el cese de oficinas públicas y, ahora, un colapso en el transporte aéreo.
“El cierre del gobierno no puede prolongarse mucho más. Si no termina pronto, la reducción de vuelos podría llegar al 20%”, advirtió el secretario de Transporte, Sean Duffy.
La FAA informó que la reducción comenzó con un 4% de los vuelos internos, cifra que aumentará gradualmente hasta un 10% la próxima semana.
Para la tarde de este viernes, más de 1.000 vuelos fueron cancelados y 4.130 presentaban retrasos, con un promedio de cuatro horas en el Aeropuerto Reagan de Washington D.C.
Los aeropuertos de Nueva York, Los Ángeles y Chicago también figuran entre los más afectados.
En medio de la crisis, las principales aerolíneas han implementado políticas de flexibilidad para los pasajeros.
United Airlines confirmó que reembolsará incluso boletos no reembolsables, y no cobrará diferencia de tarifa en cambios de vuelo.
Delta, American y Southwest Airlines anunciaron medidas similares, mientras que Frontier Airlines permitirá modificar vuelos sin penalidad, aunque aplicando la diferencia de tarifa si corresponde.
“Recomendamos a nuestros clientes considerar un boleto alternativo si tienen eventos importantes”, señaló Barry Biffle, director ejecutivo de Frontier.
El cierre del gobierno ha agravado una escasez histórica de controladores aéreos en EE.UU., muchos de los cuales han debido tomar segundos empleos o reportarse enfermos para sobrellevar la falta de ingresos.
Expertos advierten que, si el impasse político continúa, el sistema aéreo estadounidense podría enfrentar su peor crisis operativa en décadas, con consecuencias económicas directas para el turismo y la industria logística.