Publicado por: Tiempo21 | miércoles 3 de diciembre de 2025 | Publicado a las: 07:19
La autoridad electoral (CNE) retomó el escrutinio que había declarado en «empate técnico». Ahora el expresentador Salvador Nasralla toma una leve ventaja sobre el conservador Nasry Asfura, cuya candidatura fue respaldada por Donald Trump.
Honduras vive horas de máxima incertidumbre política tras el reinicio del escrutinio de los votos de las elecciones presidenciales. Luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) interrumpiera el conteo por «problemas técnicos» y declarara un «empate técnico» inicial, la situación se revirtió, poniendo en la delantera al centrista Salvador Nasralla.
Con poco más del 78% de las actas escrutadas, Nasralla, del Partido Liberal, aventaja al conservador Nasry Asfura (Partido Nacional), quien había liderado brevemente. La diferencia es mínima, pero significativa en un país donde no existe la segunda vuelta, por lo que el candidato que obtenga el margen más pequeño será el ganador absoluto. En tercer lugar, y muy rezagada, se encuentra la oficialista Rixi Moncada.
La elección hondureña adquirió una dimensión geopolítica con la explícita intervención del expresidente estadounidense Donald Trump, quien respaldó abiertamente la candidatura del conservador Asfura, exalcalde de Tegucigalpa.
Trump, utilizando su red social Truth Social, no solo anunció el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (condenado por narcotráfico en EE.UU.), sino que también amenazó con recortar la ayuda financiera a Honduras si Asfura no resultaba ganador. El polémico líder republicano escaló la tensión al denunciar, sin aportar pruebas, que Honduras estaba «tratando de cambiar los resultados» y advirtió que «habrá infierno que pagar» si esto ocurría. .
Este contexto eleva la preocupación sobre la transparencia del proceso, dado que ambos candidatos y la candidata oficialista han denunciado posibles fraudes o «inflación de actas» en las semanas previas y durante el conteo.
Según la Ley hondureña, el CNE tiene hasta 30 días calendario después de los comicios para anunciar al ganador. Aunque el margen de votos entre Nasralla y Asfura se ha ampliado a favor del centrista, la posibilidad de un empate exacto (numérico) sigue latente, aunque estadísticamente improbable.
De ocurrir un empate exacto, la legislación contempla un escrutinio especial de las boletas. Si la igualdad persiste, el CNE debería convocar a una nueva elección en los 20 días siguientes únicamente entre los dos candidatos empatados. Este escenario inusual subraya la fragilidad del proceso electoral en la nación centroamericana.
El nuevo gobierno enfrentará el desafío de un país con una profunda crisis social: más del 60% de los hogares viven en condiciones de pobreza. A esto se suman los graves problemas de crimen organizado, violencia política y corrupción que históricamente han marcado la realidad hondureña. La rapidez en el anuncio del ganador y la aceptación de los resultados por parte de los dos bloques serán cruciales para asegurar la estabilidad política y evitar la violencia postelectoral en una nación acostumbrada a la alta conflictividad.