En la política chilena, la continuidad familiar es una estrategia recurrente, especialmente en regiones como La Araucanía. La jugada de los Kast no es la excepción, sino parte de una tradición que se refleja en otras dinastías políticas del país.

El senador Felipe Kast anuncia su no reelección para evitar el «apernamiento», pero cede su lugar para que su hermano Tomás Kast postule a diputado. Una movida que recuerda a las tácticas de otras familias que han cimentado su poder en la política.

Los Walker en la Democracia Cristiana, los Girardi y los Ominami en la centroizquierda, los Coloma en la UDI, los Frei con su legado en la política chilena. Incluso en la propia Araucanía, los Becker, Tuma y Saffirio han mantenido sus apellidos en el debate público por años.

La política se hereda. Los Kast lo entienden y ejecutan un relevo generacional, demostrando que en el ajedrez del poder, las familias son las piezas más valiosas. El juego continúa, y los apellidos, más que las ideas, marcan el futuro de la región.