Publicado por: Claudio Nuñez | martes 4 de noviembre de 2025 | Publicado a las: 19:22
La senadora por La Araucanía, Carmen Gloria Aravena, valoró profundamente el respaldo entregado por las iglesias cristianas de la región al proyecto de reforma constitucional que busca reconocer oficialmente a los pueblos indígenas en la Carta Fundamental de Chile.
El pronunciamiento, suscrito por obispos y pastores de diversas denominaciones —entre ellas la Iglesia Católica, Bautista, Metodista, Anglicana y la Red Evangélica de La Araucanía— fue dirigido a los representantes parlamentarios de la región, manifestando su “decidido y firme respaldo” a esta iniciativa, la cual calificaron como “una reparación de una deuda histórica ineludible”.
“Este gesto tiene una enorme relevancia espiritual y social. En una región donde la convivencia intercultural ha estado marcada por heridas y desconfianzas, el mensaje de las iglesias nos recuerda que el respeto y la paz comienzan reconociendo la dignidad del otro”, señaló la senadora Aravena.
El documento eclesiástico, inspirado en pasajes bíblicos que exaltan la igualdad y la unidad en Cristo, destaca que todos los seres humanos son creación de Dios y que “Cristo derribó los muros, tendiendo puentes entre pueblos y culturas”. En esa línea, los líderes religiosos expresaron su esperanza de que el Parlamento chileno avance en la aprobación del reconocimiento constitucional, contribuyendo así a “una sociedad más fraterna, donde el pleno respeto por la dignidad de nuestros pueblos indígenas sea una realidad”.
Aravena subrayó que este respaldo cobra especial fuerza al provenir de un sector profundamente enraizado en la vida cotidiana de las comunidades de La Araucanía.
“Las iglesias, con su presencia en cada rincón de la región, tienen una autoridad moral que invita a la reflexión y al encuentro. Este apoyo es una señal de esperanza: la fe puede ser un puente para la reconciliación, y no un muro que divida”, afirmó la parlamentaria.
La senadora, exintegrante de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, destacó además que este reconocimiento debe enmarcarse con claridad en la convicción de que Chile es y seguirá siendo un solo Estado, donde la diversidad de pueblos y culturas convive bajo una misma nación.
“Reconocer no significa dividir. Por el contrario, se trata de valorar nuestra identidad plural dentro de un solo país, reafirmando la unidad nacional y la igualdad ante la ley. Cuando reconocemos nuestra diversidad, crecemos como nación y fortalecemos la paz social”, recalcó.
El llamado de los obispos y pastores concluye con una oración por la paz y un mensaje evangélico que cita el Evangelio de Mateo: “Bienaventurados los que procuran la paz”. Palabras que, según Aravena, “resumen el espíritu que debiera guiar este debate: construir un Chile donde la fe, la justicia y la unidad caminen de la mano”.