Publicado por: Tiempo21 | martes 29 de julio de 2025 | Publicado a las: 12:02
El uso temprano y excesivo de teléfonos celulares por parte de niños y niñas ha suscitado una creciente preocupación entre investigadores, padres y profesionales de la salud, debido a sus implicancias en la desconexión de la realidad y los potenciales daños neurológicos que conlleva. La evidencia neurocientífica ha establecido que la infancia y adolescencia son etapas sensibles para el desarrollo cerebral, en las cuales ambos grupos son especialmente vulnerables a los efectos nocivos del tiempo excesivo frente a las pantallas. Este impacto se manifiesta en alteraciones de funciones ejecutivas esenciales, como el control inhibitorio, la toma de decisiones y la regulación emocional. En muchos casos, ello deriva en patrones de uso compulsivo que obstaculizan la capacidad de niños y jóvenes para interactuar de forma saludable con su entorno.
La exposición prolongada a dispositivos digitales también puede provocar una disminución en las habilidades interpersonales, alteraciones en la capacidad de atención y trastornos del sueño, factores fundamentales durante la formación infantil. Si consideramos que en el primer trimestre del año el sistema educativo chileno registró un 14,2% más de denuncias por violencia escolar respecto al mismo período anterior, y que el 60,7% corresponde a casos vinculados a la convivencia -desde episodios de bullying hasta agresiones físicas graves- resulta pertinente vincular este incremento con una creciente desconexión emocional en los niños, asociada al uso excesivo de pantallas. Esta desconexión se traduce en una baja empatía y en dificultades para desarrollar competencias socioemocionales.
La falta de interacciones cara a cara deja a muchos niños vulnerables a construir vínculos despersonalizados, donde el entretenimiento virtual reemplaza peligrosamente la conexión humana. Este fenómeno, lejos de ser anecdótico, puede favorecer un ciclo de aislamiento que perpetúa la dependencia tecnológica y limita el desarrollo emocional.
Desde el ámbito neuropsiquiátrico, investigaciones han revelado que el tiempo excesivo frente a dispositivos móviles puede correlacionarse con daños neurológicos, manifestados en problemas de atención y alteraciones conductuales. Asimismo, existen estudios que advierten sobre los posibles efectos biológicos adversos de los campos electromagnéticos emitidos por estos aparatos, aunque la evidencia al respecto aún es variable y en desarrollo.
En definitiva, el uso temprano de teléfonos celulares instala una serie de riesgos que trascienden el plano inmediato de la salud física y mental infantil. La combinación entre adicción, daño neurológico y desconexión emocional plantea preocupaciones profundas respecto al desarrollo futuro de las generaciones nacidas en la era digital. Ante este escenario, se vuelve urgente que padres, educadores y comunidades en general establezcan límites, promuevan el uso consciente de la tecnología y fomenten experiencias reales que permitan a la niñez desarrollar vínculos, empatía y bienestar emocional.
Dra. Nathaly Vera Gajardo
Vicedecana Facultad de Educación
Directora de Carrera en Pedagogía en Educación Diferencial
Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco