La selección comienza a decirle adiós al proceso del Mundial 2026. Bastó el gol de Julián Álvarez para matar el pleito pese a que La Roja mejoró en el segundo lapso.

A Chile le faltaron jugadores que fue una sensación que dio el primer tiempo. Porque Arturo Vidal no estaba para titular, menos Alexis Sánchez que en los 5′, en vez de dársela a Cepeda que lo tenía solo, decidió mezquina y torpemente rematar para inquietar a Martínez.

Y lo pagó tremendamente caro porque Argentina pese a jugar con una mezcla entre suplentes y un par de titulares como Álvarez, Romero, Martínez, ahora Thiago Almada, te marcan una diferencia no sólo en velocidad sino que en aspecto técnico y presión, como por ejemplo el trabajo de Rodrigo de Paul.

Esa diferencia la marcó a los 16′ cuando en tres toques, Almada se llevó a medio equipo, filtró para Julián y Cortés que salió muy bien pero no pudo hacer nada. El jugador del Atlético de Madrid sabe como definir, más aún cuando el arquero de Colo Colo, poco pudo hacer.

El primer tiempo fue toque y toque, Simeone tenía loco a Suazo, Loyola marcando de lateral no se sentía cómodo, Vidal era un fantasma, Alexis ni hablar, Cepeda al menos trataba de jugar y era el único que marcaba diferencias, Osorio otro jugador que le pesa tanto jugar por la selección que no sabemos a qué quiere jugar.

Gareca se dio cuenta demasiado tarde, Hormazábal, Altamirano, entraron y algo intentó, pero parecía un equipo de solteros y casados, con muy poco.

Ese fue el problema en el que Ricardo Gareca se metió de principio a fin y lo terminó pagando caro como en todo su fracasado proceso, donde lo único que queda es esa entrevista que dio a La Tercera para limpiar su imagen y con nula autocrítica. Para qué decir del directorio de la ANFP encabezado por Pablo Milad que también lo ha hecho todo mal, deberían salir, son los grandes responsables, pero que se vayan post mundial sub 20. Es necesario, ante todo, que se arme todo de nuevo.

Sin Milad, sin Gareca, y con otros jugadores, y otro entrenador.