La Sirena de Hielo busca nadar 65 km sin parar, sin asistencia, sin grasas ni traje de neopreno para aislar el frío. Esto podría tomar más de 30 horas ininterrumpidas de nado. Si lo logra, será la primera sudamericana en conseguirlo.

En un mar helado, con corrientes traicioneras y más de 30 horas sin tocar tierra, la nadadora chilena Bárbara Hernández se lanza a uno de los mayores retos del planeta: el doble cruce del Canal de la Mancha, un desafío extremo que pondrá a prueba su cuerpo, su mente y su historia.

Entre el 24 y el 30 de julio, Bárbara —reconocida mundialmente como La Sirena de Hielo— intentará unir Francia e Inglaterra de ida y vuelta, nadando más de 65 kilómetros sin traje de neopreno, sin detenerse y enfrentando temperaturas bajo los 16 °C. Solo nueve mujeres en el mundo lo han logrado. Ninguna sudamericana.

Su preparación ha sido brutal: entrenamientos diarios de hasta 12 km en piscina, nado nocturno en aguas a 13 °C y sesiones en la Laguna del Inca a menos de 5 °C. A esto suma un trabajo físico, técnico y emocional que busca no solo lograr una meta personal, sino también abrir camino para el deporte chileno y los atletas invisibilizados.

“Nos dedicamos a desafiar los imposibles. No se trata solo de llegar, sino de inspirar a otros”, afirma.

Su cruce tiene doble propósito: romper récords y romper barreras. Porque cuando Bárbara se sumerge, no nada solo por ella… sino por todos quienes sueñan con llegar más lejos, incluso en aguas frías.