Publicado por: Tiempo21 | viernes 19 de diciembre de 2025 | Publicado a las: 15:24
Con un enfoque en la «inteligencia del fuego» y la coordinación público-privada, CMPC presentó en la base Trilahue una estrategia que combina helicópteros Chinook, aviones cisterna y tecnología satelital Starlink. La compañía eleva el estándar de seguridad tras las duras lecciones de temporadas pasadas, priorizando la vida de los combatientes y la vigilancia en zonas críticas de intencionalidad.
Este despliegue no es solo una exhibición de recursos, sino una respuesta técnica a la vulnerabilidad de las interfaces urbanas en nuestras 32 comunas. La integración con los Jefes de la Defensa Nacional de Biobío y La Araucanía marca un hito en la planificación estratégica para evitar que los siniestros escalen a catástrofes sociales.
La temporada de incendios 2025-2026 entra en su fase más crítica y el sector privado ha decidido mover sus piezas con un despliegue de alta tecnología. En la Base Aérea de Trilahue, en Cabrero, CMPC presentó oficialmente su plan de combate, el cual se sostiene sobre un contingente de 1.083 brigadistas y una flota aérea de 21 unidades, incluyendo el imponente helicóptero Chinook CH-46, capaz de descargar 4.000 litros de agua por viaje. Durante la actividad, el presidente del directorio, Bernardo Larraín Matte, enfatizó que la seguridad de las personas es la prioridad absoluta, recordando con solemnidad a los cuatro brigadistas que perdieron la vida en la temporada anterior, un hecho que ha obligado a la empresa a rediseñar sus protocolos de formación junto a la Fire Foundation.

La estrategia para este verano no se limita al ataque directo de las llamas. Se ha dispuesto una red de mando y control que integra internet satelital Starlink en los puestos de comando, GPS para el seguimiento del 100% del personal en terreno y cámaras Trakka de alta resolución que transmiten imágenes térmicas en tiempo real. Estas herramientas alimentan la plataforma «GesFire», un sistema de análisis que permite optimizar la toma de decisiones al integrar focos detectados por una red de 167 cámaras ópticas. Este nivel de tecnificación busca reducir los tiempos de respuesta inicial, factor que las autoridades identifican como el punto de quiebre para evitar incendios de magnitud.
En el plano político y de seguridad, la compañía reforzó su alianza con los Jefes de la Defensa Nacional de las regiones del Biobío y La Araucanía. Las reuniones con el Contraalmirante Edgardo Acevedo y el General de Brigada José Manuel Soto pusieron sobre la mesa un dato preocupante: la identificación de zonas con patrones de intencionalidad. La colaboración público-privada, destacada por delegados presidenciales y directores de CONAF, apunta a un trabajo cohesionado donde la vigilancia terrestre y el patrullaje militar complementen la capacidad aérea de la empresa. Para las comunas de nuestra región, esta coordinación es vital, especialmente en las zonas de interfaz donde conviven plantaciones, bosques nativos y centros poblados que cada verano enfrentan la amenaza del fuego.