Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 5 de septiembre de 2020 | Publicado a las: 11:45
“…más allá de las propuestas e ideas, debemos cuidar el valioso activo intangible de la seriedad, calidad y responsabilidad de las políticas públicas. En este sentido, preocupa que discusiones de importancia no se den con la debida seriedad, y que, a pesar de la evidencia de efectos negativos, se esté planteando incluso la posibilidad de un segundo retiro de fondos previsionales”.
Escribe: Patricio Ramírez R., Coordinador Observatorio Económico y Social, Universidad de La Frontera.
El retiro del “10%” de las AFP si bien seguramente permitió aliviar a muchas personas con reales problemas financieros (que era el sentido original y de urgencia de la inédita medida), también es cierto que todos fuimos testigos del boom de las compras en electrónica y tecnología, que sin pretender hacer un juicio de valor ni vulnerar la decisión individual, dieron muestra de que no todo se trataba de necesidades básicas.
Este retiro de fondos previsionales, para muchos significó más del 10% de su saldo acumulado, de hecho, el sistema registra cerca de 3 millones de personas con saldo menor a $1 millón, los que podrán retirar el 100% de sus ahorros, es decir, quedarán sin saldo en su cuenta previsional. En cuanto a la evaluación de la medida, es un hecho con consenso casi transversal que técnicamente fue una mala política pública, que permitió a los de mayores ingresos obtener un ahorro de aprox. $1,5 millones al retirar sin pagar impuesto a la renta, un regalo tributario a costa de todos los chilenos que de paso aumenta la desigualdad, justamente contra la que la gran mayoría manifiesta intención de combatir.
Adicionalmente, los de altos ingresos podían aprovechar una “bicicleta tributaria” que consiste en invertir lo retirado en un APV y hacer uso de una franquicia tributaria, obteniendo un segundo regalo del Estado. Cálculos del Ministerio de Hacienda estimaron en US$ 1.060 millones el beneficio en impuestos que recibirían los más ricos (y que dejó de percibir el Estado). Esta es una de las políticas más regresivas de los últimos años, pero que también tendrá impactos fiscales para futuras generaciones.
LaDirección de Presupuestos (Dipres) estimó en casi US$3.000 millones el aumento en el gasto público en 30 años por el retiro del “10%”, con lo que se sigue aumentando la ya pesada mochica fiscal. En términos de riesgo país, se había advertido que una medida de este tipo podía afectar la calidad crediticia del país.
Recientemente la agencia internacional Moody´s se sumó a Fitch y S&P rebajando la perspectiva de Chile desde estable a negativa, donde también influyó la forma en que se dio la discusión del retiro de fondos. Según Moody´s, el cómo se aprobó el retiro dio a entender un cambio en la manera en la que se diseñan y aprueban políticas públicas en Chile, desestimando los fundamentos de responsabilidad fiscal.
Esto último es una señal, de que más allá de las propuestas e ideas, debemos cuidar el valioso activo intangible de la seriedad, calidad y responsabilidad de las políticas públicas. En este sentido, preocupa que discusiones de importancia no se den con la debida seriedad, y que, a pesar de la evidencia de efectos negativos, se esté planteando incluso la posibilidad de un segundo retiro de fondos previsionales.