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Camilo Scocco y la nueva planta de Ferrero en La Araucanía: “Nuestro modelo de desarrollo siempre ha sido territorial”

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 21 de diciembre de 2025 | Publicado a las: 10:12

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Ferrero, a través de su filial AgriChile, refuerza su apuesta por el avellano europeo en el sur de Chile con una nueva planta en la IX región, enfocada en el descascarado del fruto y en ampliar la capacidad regional de limpieza y secado. “La Araucanía, entre las regiones del sur de Chile, tiene condiciones agroclimáticas excepcionales para el avellano europeo”.

En entrevista con Tiempo21, Scocco detalla cómo la inversión busca acompañar el crecimiento del cultivo, fortalecer la recepción de fruta en origen, profundizar el trabajo con productores bajo estándares de sostenibilidad y trazabilidad total, y abrir oportunidades logísticas y económicas para la región dentro de una cadena de valor global.

Por Claudio Núñez Q.

La Araucanía entra con fuerza al mapa de la industria del avellano europeo. Con más de tres décadas de presencia en Chile, Ferrero —a través de su filial AgriChile— plantea que el país se consolidó como un origen estratégico para su abastecimiento global, y ahora apunta a profundizar esa posición con una nueva planta en el sur, en un contexto de expansión sostenida del cultivo y de crecientes exigencias en infraestructura, eficiencia y sostenibilidad.

En esta entrevista con Tiempo21, el gerente general de AgriChile, Camilo Scocco, explica el alcance del proyecto, los procesos que concentrará la futura instalación —dedicada al descascarado— y el horizonte de implementación, junto con su estrategia de integración con productores de todos los tamaños. También aborda la trazabilidad del 100% de la producción, el enfoque en buenas prácticas agrícolas, el trabajo de transferencia tecnológica y formación de capital humano, y la oportunidad que se abre para que La Araucanía reduzca distancias logísticas y se inserte con mayor fuerza en cadenas de valor internacionales vinculadas al grupo.

I. Alcance del proyecto en La Araucanía

Para partir, ¿cuál es el alcance concreto del proyecto de Ferrero en La Araucanía y qué rol cumple la nueva planta dentro de la operación global del grupo?

La Araucanía representa un paso natural dentro del desarrollo de largo plazo que Ferrero ha construido en Chile durante más de tres décadas. El país ofrece condiciones agroclimáticas únicas, con un clima mediterráneo real, estable y muy favorable para el avellano europeo, que permitieron desarrollar desde cero una cadena de valor completa y fundamental para el abastecimiento global del grupo. Ese ecosistema, junto con la capacidad productiva y el entorno institucional del país, consolidó a Chile como un origen estratégico dentro de nuestra red internacional.

La construcción de una nueva planta en La Araucanía profundiza ese compromiso. Chile es actualmente el segundo proveedor de avellanas para el mix global de Ferrero y esta instalación refuerza su papel dentro de la estrategia multipolar que integra distintas regiones productoras como Chile, Estados Unidos, Italia y Turquía para asegurar un suministro estable, sostenible y de alta calidad. La decisión de avanzar en esta infraestructura responde al crecimiento sostenido del cultivo en el sur y a la convicción de que la región posee un enorme potencial agrícola para las próximas décadas.

¿Qué procesos productivos específicos se concentrarán en la planta de la región y cuáles son los plazos que manejan para la construcción, la puesta en marcha y la plena operación?

La planta de La Araucanía estará dedicada al descascarado del fruto y se integrará a la red industrial existente que incluye procesos de limpieza, secado y clasificación del avellano europeo.

Las obras del nuevo complejo están proyectadas para comenzar el próximo año y su desarrollo irá acompañado de una ampliación de la capacidad de limpieza y secado en la misma región.

Los plazos específicos para la puesta en marcha y la plena operación se comunicarán oportunamente. Lo importante es que, al igual que en las instalaciones de Alto Camarico en Maule y San Gregorio en Ñuble, este proyecto responde a la visión de largo plazo que Ferrero ha mantenido en Chile y a un plan continuo de acompañar el crecimiento sostenido del sector.

II. Impacto productivo y económico regional

Desde el punto de vista productivo, ¿qué impacto esperan en la demanda y compra de avellanas locales una vez que la planta esté operando a plena capacidad?

El avellano europeo se ha convertido en uno de los cultivos más dinámicos del centro-sur de Chile, con más de 49 mil hectáreas plantadas y una expansión que sigue avanzando año tras año. La nueva planta en La Araucanía nos permitirá acompañar ese crecimiento, absorber la producción regional de forma más eficiente y fortalecer la recepción de fruta en origen, generando nuevas oportunidades para los productores locales.

Nuestra prioridad es apoyar este desarrollo de manera ordenada y sostenible. Por eso estas inversiones apuntan a reforzar la infraestructura regional y a respaldar la expansión del cultivo en el sur del país, donde La Araucanía tiene un rol cada vez más relevante.

¿Cómo se integrará Ferrero con los productores regionales en términos de estándares de calidad, tipos de contratos y eventuales incentivos? ¿Y qué volumen de empleo directo e indirecto proyectan para la fase productiva y los encadenamientos locales?

Desde que llegamos a Chile entendimos que el crecimiento del avellano europeo debía construirse junto a los productores. Por eso trabajamos con agricultores de todos los tamaños bajo los mismos estándares de sostenibilidad y buenas prácticas agrícolas, y contamos con una trazabilidad del 100% en la producción nacional. Eso significa que conocemos exactamente el origen del fruto y cómo fue cultivado, lo que para nosotros es fundamental.

Nuestro foco siempre ha sido la transferencia de conocimiento. Tenemos asesoría técnica directa en campo, capacitaciones permanentes, encuentros con productores y programas para mejorar la productividad y la eficiencia. Ese trabajo conjunto ha permitido que el cultivo crezca con orden, calidad y sustentabilidad en todas las regiones donde estamos presentes.

En términos laborales, nuestra operación genera un impacto importante. AgriChile emplea hasta 1.000 personas en temporada y trabaja con más de 700 productores en el país. La construcción y luego la operación de la nueva planta en La Araucanía también generará empleo directo e indirecto y dinamizará actividades como transporte, servicios agrícolas, logística y mantención de maquinaria, contribuyendo al desarrollo económico local.

III. Relación con el territorio y sostenibilidad

Ferrero suele enfatizar la sostenibilidad. En este proyecto en La Araucanía, ¿qué enfoque tendrán en trazabilidad, innovación agrícola y prácticas medioambientales en el manejo de los huertos y de la planta?

La sostenibilidad es uno de los pilares fundamentales de nuestra operación en Chile. Hoy contamos con una trazabilidad del 100% en la producción nacional de avellanas, lo que nos permite conocer en detalle el origen del fruto y asegurarnos de que se cultiva bajo los estándares que exigimos. Eso es clave para garantizar calidad, pero también para asegurar prácticas responsables en todo el proceso agrícola.

Trabajamos permanentemente con nuestros productores para promover un uso eficiente del agua, la conservación de suelos y un manejo fitosanitario de bajo impacto. Cada año realizamos auditorías y acompañamos ese trabajo con investigación y desarrollo, lo que nos permite innovar en temas agronómicos y enfrentar desafíos como la adaptación al cambio climático o la optimización de la eficiencia hídrica. Para nosotros, la sostenibilidad, la innovación y la trazabilidad van de la mano, y son parte de la manera en que queremos seguir construyendo esta cadena de valor en el país.

¿De qué manera esperan vincularse con las comunidades, proveedores locales y gobiernos comunales? ¿Habrá espacio para transferencia tecnológica y formación de capital humano en el agro regional a través de programas de capacitación u otros instrumentos?

Nuestro modelo de desarrollo siempre ha sido territorial. Nos interesa integrarnos bien en los lugares donde trabajamos y construir relaciones de colaboración con productores, instituciones locales, universidades, centros de investigación y autoridades regionales. Esa articulación es clave para enfrentar desafíos productivos, fortalecer servicios locales y asegurar que nuestras inversiones generen valor para las comunidades.

Un elemento distintivo de nuestra operación es la formación de capital humano. A través del Programa de Desarrollo de Proveedores y de la asesoría técnica directa en campo, acompañamos a los agricultores en temas de manejo agronómico, sostenibilidad y eficiencia hídrica. También realizamos encuentros técnicos y actividades que acercan la investigación aplicada a productores y profesionales del sector. En regiones como La Araucanía, donde vemos un potencial agrícola enorme, la transferencia tecnológica y la capacitación son fundamentales para el crecimiento del rubro.

IV. Proyección a largo plazo

En una reciente entrevista a LUN, el gerente general de AgroReyes, Andrés Reyes, señaló que ‘hay una falencia de la industria en general’, que en Chile aún no se ha desarrollado suficiente maquinaria propia ni plantas de proceso, y que los grandes desafíos pasan por la mecanización del cultivo, la biotecnología y la genética de las plantas. ¿Comparte ese diagnóstico? ¿Qué rol espera que juegue Ferrero para que Chile pueda dar ese salto y qué meta se han puesto respecto al posicionamiento del país en el mercado mundial del avellano?

El cultivo del avellano europeo ha crecido muy rápido en Chile y eso naturalmente ha despertado interés de distintos actores, desde pequeños agricultores hasta fondos de inversión. Nuestro enfoque ha sido siempre construir una cadena de valor ordenada, sostenible y técnicamente sólida, y creemos que ese trabajo ha permitido que Chile avance de manera muy significativa.

Hoy el país es el segundo proveedor global de avellanas para Ferrero y se proyecta también como el segundo productor mundial, algo que ha sido posible gracias a más de treinta años de inversión, investigación y acompañamiento directo a los agricultores.

Desde nuestro rol en AgriChile, lo que buscamos es seguir fortaleciendo capacidades locales. Para eso trabajamos con asesoría agronómica en campo, investigación aplicada y transferencia tecnológica. El desarrollo del sector no depende de una sola herramienta, sino de una combinación de buenas prácticas, innovación y una relación muy cercana con los productores. Esa ha sido nuestra contribución durante décadas y es lo que seguiremos haciendo.

Mirando a largo plazo, ¿qué potencial ve Ferrero para la expansión del cultivo de avellanas en el sur de Chile y qué oportunidades se abren para que La Araucanía se inserte en cadenas de valor internacionales ligadas al grupo?

Las regiones del sur de Chile, entre ellas La Araucanía, tienen condiciones agroclimáticas excepcionales para el avellano europeo. A lo que se suma el que existe un modelo agrícola moderno, sustentable y bien acompañado desde el punto de vista técnico. Además, Chile tiene una ventaja muy importante: la contraestacionalidad, que permite complementar la producción del hemisferio norte y asegurar continuidad en el abastecimiento global.

En ese contexto, La Araucanía tiene una oportunidad enorme. La nueva planta permitirá acortar distancias, mejorar tiempos logísticos y fortalecer la infraestructura local, lo que abre espacio para que más productores, servicios y trabajadores de la región se integren a una cadena de valor que hoy es global. Nuestro compromiso es seguir invirtiendo en regiones con potencial agrícola y acompañar a los productores en este proceso de crecimiento.

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