La señal de la Universidad Autónoma de Chile cesa sus emisiones en televisión abierta, argumentando la inviabilidad del proyecto frente a la evolución tecnológica y los cambios de consumo, lo que representa un duro golpe para el pluralismo informativo en el sur del país.

Un ciclo de 22 años llega a su fin. La Universidad Autónoma de Chile Televisión (UATV), una de las señales televisivas emblemáticas de la región de La Araucanía, anunció oficialmente el cierre de sus transmisiones en televisión abierta. La decisión, comunicada el pasado jueves, deja un vacío en el ecosistema mediático regional, poniendo punto final a un proyecto que se erigió como un pilar de la información local y la cultura.

Según detalló la casa de estudios a través de un comunicado, la continuidad de UATV se hizo “inviiable”. Las razones esgrimidas apuntan directamente a los profundos cambios que sacuden a la industria a nivel global: la “evolución tecnológica del sector audiovisual, los actuales estándares de producción y los cambios en los hábitos de consumo de contenidos”.

En su mensaje de despedida, el canal puso en valor su extenso legado, describiéndose como un “referente regional en la difusión de información pluralista, la promoción de la cultura local y la apertura de espacios para diversas voces del sur del país”. Asimismo, enfatizó que este cierre “no borra la historia construida ni el impacto alcanzado”, sino que pone en valor “más de dos décadas de trabajo profesional, compromiso con la comunidad y aporte significativo a la comunicación regional”.

La nota concluyó con un agradecimiento a “todas las personas, profesionales de las comunicaciones, equipos y audiencias que hicieron posible este recorrido”.

Análisis: Una baja que refleja la crisis estructural de los medios tradicionales

El silenciamiento de UATV no es un hecho aislado, sino un síntoma más de la profunda crisis que afecta a los medios de comunicación tradicionales, especialmente a los de carácter regional, en Chile.

La migración de las audiencias, especialmente las más jóvenes, hacia plataformas de streaming y redes sociales, ha fragmentado masivamente la publicidad y los ingresos por publicidad que históricamente sustentaron a la televisión abierta. Este nuevo panorama, sumado a los altos costos que implican mantener estándares de producción acordes a la era digital, hace que proyectos con un enfoque local y sin el respaldo de grandes conglomerados mediáticos se vuelvan económicamente insostenibles.

La desaparición de un medio como UATV representa una pérdida doble. Por un lado, se pierde un canal esencial para la cohesión social y la identidad cultural de La Araucanía, que daba cabida a realidades, noticias y talentos que rara vez encuentran espacio en la programación nacional. Por otro, se reduce el pluralismo informativo, un pilar fundamental para una democracia saludable, dejando a la región con menos voces y menos espacios para verse reflejada y debatir sobre sus propios asuntos.

La partida de UATV deja una lección clara: mientras la tecnología avanza, el desafío de financiar y sostener un periodismo local de calidad, que cumpla su rol social en las regiones, se vuelve cada vez más urgente y complejo. Su cierre no es solo el fin de un canal, sino el apagón de una ventana vital para una comunidad.