Por primera vez desde 2021, la Cámara de Diputadas y Diputados no logró sesionar por falta de quórum. Más de cien legisladores brillaron por su ausencia, dejando proyectos clave sin discusión y provocando críticas dentro y fuera del Parlamento.

Por primera vez en años, el Congreso amaneció con más sillas vacías que voces parlamentarias. Una jornada que debía marcar avances legislativos terminó convertida en un papelón político que ya se comenta en todos los pasillos de Valparaíso.

A las 10:00 de la mañana, la Cámara de Diputadas y Diputados lucía desolada. De los 155 legisladores habilitados para sesionar, solo 43 estaban en su asiento. El resto —más de un centenar— no regresó a tiempo.

A los 15 minutos reglamentarios, la sesión fue declarada fracasada. Un hecho que no ocurría desde 2021 y que hoy se transformó en símbolo del desconecte entre la política y la ciudadanía.

Puertas cerradas y multas sobre la mesa

Tras declararse el fracaso, se activó un protocolo inusual: se cerraron las puertas y solo los presentes pudieron firmar el libro de asistencia.
Los ausentes, en tanto, fueron notificados de una multa del 2% de su dieta parlamentaria, equivalente a unos $146 mil pesos.

Algunos intentaron justificar su ausencia con permisos o participación en comisiones, pero las imágenes hablaban por sí solas: la Sala estaba vacía.

Entre cafés, campañas y declaraciones

En los pasillos, el ambiente era de molestia y confusión. “Habíamos solo 43 diputados en la Sala. Es lamentable. Dejamos de trabajar un día hábil y de avanzar en proyectos que la gente espera”, señaló el diputado Henry Leal (UDI).

Otros comentaban con ironía que “más de alguno se perdió entre el café y la campaña”, en alusión a las elecciones que se aproximan.

Desde hace semanas, los miércoles se han convertido en el día preferido para abandonar Valparaíso y viajar a los distritos, dejando el Congreso prácticamente vacío.

Proyectos detenidos y vergüenza pública

La sesión suspendida incluía proyectos de alto interés ciudadano, como la Titularidad Docente, el permiso laboral por fallecimiento de mascotas y beneficios agrícolas.

“Es un triste espectáculo. El país esperando soluciones y aquí no hay ni la mitad de los diputados”, comentó un funcionario del Congreso visiblemente molesto.

El Congreso que no arranca

El presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN), convocó a una reunión de urgencia con los comités parlamentarios para intentar reanudar la sesión en la tarde. Sin embargo, no se logró acuerdo.

La jornada terminó con una sala vacía y una sensación de vergüenza generalizada.
Una postal que —para muchos— resume la distancia entre los discursos de compromiso y la realidad del trabajo legislativo.