A una semana del inicio del cónclave, varios cardenales han expresado abiertamente su voluntad de elegir a un nuevo pontífice que continúe con el legado pastoral y político del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años. Las declaraciones se dieron en el marco de la sexta congregación general, una de las últimas reuniones preparatorias antes del cónclave convocado para el 7 de mayo.

El cardenal argentino Vicente Bokalic Iglic, estrechamente ligado a Francisco, fue enfático: “Hagamos fuerza para eso”, en alusión a la necesidad de mantener una línea de continuidad. Reconoció que los cardenales aún se encuentran en proceso de conocerse, un elemento clave en estas deliberaciones.

Por su parte, el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca caldeo de Bagdad, habló de una “atmósfera fraternal y sincera”, marcada por un “espíritu de responsabilidad”. Confirmó que tiene clara su opción de voto y reafirmó: “Para mí, la dirección es esta”. Estimó que el cónclave podría resolverse en apenas dos o tres días.

El cardenal emérito salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, quien no participará por edad, fue categórico: “Es una herencia tan especial que no podemos dejarla escapar”. Opinión compartida por el cardenal austríaco Christoph Schönborn, quien envió un mensaje firme al interior de la Iglesia: “Andamos siempre adelante, no tengan miedo”.

Desde América Latina, la voz del cardenal chileno Fernando Chomalí añadió una dimensión espiritual al proceso: “Nos preparamos en oración, en comunión, invocando al Espíritu Santo”. Y aprovechó la ocasión para destacar el rol de los medios: “A través de ustedes, el mundo conoce lo que significó el papa”.

En medio del duelo, los vientos soplan hacia la continuidad. Francisco deja no solo una herencia doctrinal, sino también un sello político profundo. La Iglesia se prepara para una elección histórica donde el peso de su legado será ineludible.