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Trabajo y discapacidad, un nudo crítico

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 30 de abril de 2023 | Publicado a las: 10:27

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Escribe: Dra. Nathaly Vera, Directora de carrera en Pedagogía en Educación Diferencial UA

El constructo de discapacidad, sus connotaciones y significados, ha variado a lo largo del tiempo desde una orientación clínica e individualizadora hacia un modelo más psicosocial. Esto evidencia un cambio importante desde el paradigma tradicional a un enfoque multidimensional centrado en los apoyos y no en la discapacidad.

Sin duda, la discapacidad ha sido objeto de atención en las últimas décadas, si consideramos que en Chile se aprobó una ley que garantiza la inclusión laboral de personas con discapacidad el 2018, con un marco regulatorio que permite su inserción efectiva en el mercado laboral.

Sin embargo, surge aquí el cuestionamiento ¿Existe un reconocimiento y validación real de los derechos de las personas con discapacidad para fomentar su inclusión en el mundo del empleo? Tal pareciera que el ámbito laboral, se consolida como un nudo crítico; ya que las personas con discapacidad siguen siendo discriminadas.

Su participación en los procesos económicos y productivos aún debe superar ciertos obstáculos que tiene que ver en gran medida con las barreras sociales que impiden el acceso y la participación, se trata, por lo tanto, de un ámbito de actuación prioritario para lograr igualdad de oportunidades.

Diversos estudios nos muestran que cuando pensamos en un adulto con discapacidad que trabaja, inmediatamente se asocia con vulnerabilidad, discriminación y dependencia. Tal como señala Miguel Angel Verdugo profesor de la Universidad de Salamanca, existen cuatro pilares para tener en cuenta cuando se habla de discapacidad, como son: la igualdad de oportunidades, la participación total, la vida independiente y la autosuficiencia económica.

Es evidente que nuestra sociedad desea dirigirse hacia un modelo más inclusivo y justo; esto incluye, asegurar que sus miembros participen en los diferentes contextos de interacción, ofreciéndoles espacios de independencia y autorrealización. Sin embargo, para las personas con discapacidad, esta idea se ha traducido en una lucha constante contra la discriminación, incluyendo prácticas no inclusivas que permiten la perpetuación de estas actitudes.

Lamentablemente, dichas malas prácticas están fuertemente arraigadas en la cultura y se basan en la idea errónea de que algunos seres humanos tienen menor valor que otros.

Por lo tanto, es aceptable tratarlos con desdén y negar o restringir sus derechos y libertades fundamentales. Cada vez que negamos el acceso, la participación y la toma de decisiones a una persona con o sin discapacidad, estamos atentando contra su dignidad, limitando su cohesión social y el derecho de elegir qué tipo de vida quiere vivir.

De una forma u otra necesitamos incorporar este cambio de paradigma, para adoptar una nueva perspectiva sobre las personas con discapacidad, entendiendo su participación en el mercado laboral como un valor; no sólo para ellas, porque les permite ganar mayor autonomía e independencia económica, sino también para toda la sociedad.


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