Concejo Municipal de Temuco aprueba continuidad del local cuestionado, mientras locatarios y vecinos denuncian aumento de incivilidades, consumo de alcohol y drogas en uno de los sectores más transitados de la ciudad.

Pese a las reiteradas denuncias de incivilidades, consumo de alcohol en la vía pública, y un informe de Seguridad Ciudadana que calificó el sector como “de alto riesgo”, el Concejo Municipal de Temuco aprobó la renovación de la patente de alcohol de una botillería ubicada al interior del centro comercial Carrusel.

La votación, que terminó con cinco votos a favor y tres en contra, ha generado descontento entre los locatarios del recinto, quienes desde hace meses vienen solicitando el cierre del local, apuntando a un evidente deterioro del entorno desde su instalación. A su juicio, el negocio ha afectado no solo la seguridad del lugar, sino también la imagen y la afluencia de público, impactando directamente en sus ventas.

“Desde que abrió esta botillería, aumentaron los episodios de consumo en plena vía pública, personas pernoctando en colchones durante la noche, venta de drogas. Esto ya no es solo un problema de comercio, sino de convivencia urbana”, declaró uno de los locatarios del Carrusel.

Opiniones divididas

Durante la sesión ordinaria en la que se discutió el tema, el alcalde de Temuco fue enfático en su rechazo a la renovación. “Mi votación fue en contra, basada en el informe de Seguridad Ciudadana y en lo que todos podemos ver: personas comprando alcohol en esta botillería y consumiéndolo dentro del mismo centro comercial, generando incivilidades y afectando a los comerciantes del entorno”, señaló el edil.

Sin embargo, para la mayoría del Concejo Municipal, la decisión se sustentó en el cumplimiento formal de los requisitos legales por parte del local. Algunos concejales, como Alejandro Bizama, argumentaron que el informe carecía de datos concretos que vincularan de forma directa al contribuyente con los hechos de inseguridad denunciados. 

Se frena nueva apertura, pero persiste el conflicto

En paralelo, el mismo concejo rechazó la solicitud de una nueva patente de alcohol para un segundo local que se pretendía abrir en el Carrusel, accediendo parcialmente a las demandas de los locatarios. No obstante, la comunidad comercial manifestó que esto no resuelve el problema de fondo.

“Quedamos a mitad de camino. Valoramos que no se permitirá una segunda botillería, pero vamos a seguir insistiendo en cerrar la actual. Queremos recuperar la tranquilidad del sector y que vuelva el público que se ha ido por temor o incomodidad”, dijeron desde la agrupación de comerciantes.

Un problema a vista de todos

Para quienes transitan a diario por la zona —una intersección clave de Temuco donde confluyen universidades, centros de salud, colegios y alto tráfico peatonal— la situación es evidente. El consumo de alcohol y drogas en espacios públicos, personas en situación de calle instaladas durante la noche y un deterioro general del ambiente son parte del panorama habitual, según vecinos y trabajadores del sector.

Desde el municipio se informó que se trabaja en un plan de contingencia enfocado en el entorno de la Plaza Dagoberto Godoy y el Carrusel, aunque se reconoce la dificultad de intervenir directamente, dado que se trata de propiedad privada. Aun así, se barajan acciones como puntos fijos de vigilancia, coordinación con Carabineros, la PDI.

Más allá de la legalidad

La controversia pone sobre la mesa un dilema que trasciende lo administrativo: si bien un local puede cumplir con los requisitos legales para obtener o renovar su patente, ¿basta eso cuando el entorno social y vecinal evidencia un impacto negativo?

La respuesta, al menos por ahora, parece dividida. Mientras el concejo se aferra al cumplimiento normativo, los locatarios del Carrusel y muchos vecinos siguen apelando al sentido común: “Hay sectores donde simplemente no corresponde una botillería, y este es uno de ellos”.