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Opinión

Temuco, Mistral y Neruda

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 21 de noviembre de 2021 | Publicado a las: 11:07

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“Mistral, observando por la ventana del hotel continental de Temuco, busca entre las personas que circulan por la calle a su joven estudiante. Le espera radiante del conocimiento que puede entregar a aquella semilla de los bosques del sur que sueña con crecer y dar buenos frutos”.

Escribe: Mg. Marco Antonio Vásquez Ulloa, ingeniero comercial-contador público y auditor, socio Belat – Asesores y Consultores SpA.

¿Sabías que la Poetisa Gabriela Mistral se juntó a conversar con el Poeta Pablo Neruda en nuestra ciudad de Temuco?

Ricardo Neftalí Reyes, está dando fin a su educación en el liceo de hombres. Su familia ha hecho planes para enviarlo a Santiago a continuar sus estudios Universitarios. Es este el año en que este joven poeta comienza a usar su seudónimo definitivo de Pablo Neruda.

Me lo imagino caminando hacia el encuentro con esta poetisa, profesora en el liceo de niñas que hoy lleva su nombre. Mistral con 31 años de edad le espera con ansias, como lo hacen aquellos docentes que vibran con entregar su conocimiento a quienes les rodean.

De seguro Neruda salió del Liceo de Hombres y tomó la calle Vicuña Mackenna. Se tiene que haber detenido en la pujante avenida Caupolicán por donde pasaba toda la locomoción de la ciudad y de los que viajaban hacia el sur del país. Luego debió haber visto el verde que presentaba la plaza Teodoro Smith y el vaivén de las hojas de los árboles saludándole al pasar.

Ya lo decía el poeta al describir nuestros bosques australes …Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo… también nos invita en su obra Confieso que he Vivido a descubrir nuestra tierra indicando: “Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo”.

Mistral, observando por la ventana del hotel continental de Temuco, busca entre las personas que circulan por la calle a su joven estudiante. Le espera radiante del conocimiento que puede entregar a aquella semilla de los bosques del sur que sueña con crecer y dar buenos frutos.

De seguro la poetisa dejo salir de su boca que “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

Mistral le debió haber insistido a Neruda que “Existe la inmensa alegría de vivir y de ser justos, pero ante todo existe la inmensa alegría de servir”. Neruda, como joven que da sus primeros pasos en el mundo de las letras debió haber recogido todo el conocimiento entregado y como en los tiempos de cosecha en el sur de Chile, debió haber llenado los sacos con el trigo de las palabras que salían de las espigas.

¿Porque juzgar a las personas por sus ideologías? ¿Porque separarnos entre amigos y enemigos? Nuestra comuna de Temuco tiene una gran deuda con Mistral y Neruda, ambos Premios Noble de literatura. No los veo en la infraestructura con sus nombres o en las calles por donde transito habitualmente. A Mistral y Neruda les siento en el viento, en la lluvia, en el barro, entre quienes habitamos la ciudad. Mistral y Neruda son parte del viento que exhalo al decir la palabra Temuco.


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