Una intensa operación policial desplegada este martes en los complejos de favelas Complexo do Alemão y Complexo da Penha, en la zona norte de Río de Janeiro, resultó en al menos 60 personas muertas, incluyendo cuatro agentes policiales, y aproximadamente 81 detenidos en lo que se considera el operativo más mortífero en la historia reciente de la ciudad.

Más de 2.500 efectivos de distintas fuerzas de seguridad participaron del despliegue, junto a helicópteros, vehículos blindados y drones. La acción se enmarca en la ofensiva contra la facción criminal Comando Vermelho, que tiene fuerte presencia en esas zonas, según señalaron las autoridades.

Los enfrentamientos provocaron escenas de guerra urbana: barricadas, incendios, disparos desde drones cargados de explosivos y bloqueo de vías rápidas en toda la ciudad. Las autoridades suspendieron clases y el transporte público en diversos sectores.

El gobernador Cláudio Castro calificó la situación como una guerra contra el crimen organizado y solicitó apoyo de las Fuerzas Armadas para contener el avance de la violencia.

Las organizaciones de derechos humanos y activistas denunciaron que la operación podría tratarse de una “masacre” al enfocarse en zonas de población vulnerable y subrayaron que los civiles atrapados en el fuego cruzado merecen protección y justicia.

La operación aún está en curso. Las fuerzas de seguridad continúan el patrullaje y buscan capturar a los líderes criminales coordinadores del territorio. Las cifras podrían aumentar a medida que se recaban más datos oficiales.