Publicado por: Tiempo21 | jueves 7 de agosto de 2025 | Publicado a las: 17:42
Proyecto internacional instalará torres de monitoreo en La Araucanía para analizar el potencial del bosque Roble-Raulí-Coihue en el mercado de servicios ambientales y bonos de carbono.
La Reserva Nacional Malleco, en la Región de La Araucanía, será escenario de una investigación científica sin precedentes en Chile. El proyecto, impulsado por un consorcio internacional de universidades y la Corporación Nacional Forestal (Conaf), utilizará tecnología de punta para monitorear el intercambio de CO₂ en bosques nativos del tipo Roble-Raulí-Coihue, con el objetivo de evaluar su capacidad de captura de carbono y su posible inserción en el mercado de servicios ambientales.
La iniciativa —financiada por el programa Forcyt de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Unión Europea— es liderada por el Dr. Norman Moreno, académico de la Universidad Mayor sede Temuco, junto al Dr. Juan Ramón Molina, de la Universidad de Córdoba, España.
El estudio se desarrollará entre 2025 y 2028 y utilizará torres de monitoreo Eddy covariance, una técnica avanzada que permite medir las concentraciones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, a través del análisis de remolinos de aire formados entre el suelo, la vegetación y la atmósfera.
«Es la primera vez que esta metodología se aplica en bosques nativos en Chile, específicamente en el tipo forestal Roble-Raulí-Coihue, que presenta alto potencial para participar en esquemas de bonos de carbono», explica el Dr. Moreno. También destaca que la Universidad Mayor realiza investigaciones similares en el bosque Siempreverde del Parque Tagua Tagua, en la Región de Los Lagos.
Las torres recopilarán datos mediante dos instrumentos: un anemómetro ultrasónico que mide la velocidad y dirección del viento, y un analizador infrarrojo que detecta las concentraciones de gases. “Los datos se recogen miles de veces por minuto, lo que permite modelar tendencias del CO₂ y entender cuánto se absorbe o libera desde el ecosistema”, precisa el investigador.
La elección de la Reserva Malleco no es casual. El lugar cuenta con una extensa base de datos generada desde 1998, cuando Conaf instaló parcelas permanentes para medir el secuestro de carbono. En 2011, a partir de esos registros, se desarrolló el primer modelo bioeconómico para bosques nativos de Sudamérica, aún vigente.
“El respaldo histórico de datos y la riqueza del ecosistema hacen de esta reserva un sitio ideal para comprender la dinámica del CO₂ en bosques nativos y proyectar su rol en la mitigación del cambio climático”, señaló el académico.
La instalación de los equipos fue posible gracias al apoyo de la unidad de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf Araucanía, que facilitará el acceso a una zona que se perfila como un laboratorio natural para la ciencia climática en el sur de Chile.