Publicado por: Tiempo21 | miércoles 10 de diciembre de 2025 | Publicado a las: 11:45
Ana Corina Sosa recogió el galardón en nombre de la opositora venezolana, cuya inasistencia reitera el acoso político del régimen. El presidente del Comité Nobel realizó un duro llamado internacional para exigir una transición democrática en Venezuela.
La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo se convirtió este miércoles en un potente acto de denuncia contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La galardonada, la opositora venezolana María Corina Machado, no pudo estar presente para recibir el prestigioso premio.
En su lugar, fue su hija, Ana Corina Sosa, quien recibió el diploma y la medalla, valorada en 11 millones de coronas suecas (aproximadamente 1 millón de euros), de manos del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes. La emotiva escena, con Sosa visiblemente emocionada y erguida delante de una fotografía de su madre, recibió una ovación de pie por parte del público.
Sosa confirmó ante los asistentes que su madre, tras 16 meses de impedimento, ya estaba viajando a la capital noruega.
La entrega del galardón fue precedida por un discurso de alto contenido político. Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, utilizó su tribuna internacional para realizar un llamado directo y sin precedentes al mandatario venezolano.
Frydnes instó abiertamente a Nicolás Maduro a «renunciar a su cargo» para así «sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia» en Venezuela. La declaración, que recibió un largo y sonoro aplauso, es un respaldo explícito de la institución noruega a la lucha democrática de la oposición.
El líder del Comité Nobel fue enfático al afirmar que Machado y la oposición han «encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar», y criticó duramente al Gobierno de Caracas por establecer «un régimen que silencia, acosa y ataca sistemáticamente a la oposición».
El discurso de Frydnes también se centró en la catástrofe humanitaria generada por el régimen. El Comité Nobel cifró la emigración venezolana en más de 8 millones de personas, lo que representa cerca de una cuarta parte de la población, catalogándola como «una de las mayores crisis de refugiados del mundo».
La hija de la galardonada hizo referencia a la situación de las familias venezolanas al señalar que, mientras espera el abrazo de su madre, piensa «en las otras hijas e hijos que hoy no podrán ver a sus madres», aludiendo a los presos políticos.
La ceremonia contó con la presencia de figuras políticas internacionales de peso, incluyendo a los reyes Harald V y Sonia de Noruega, el líder opositor venezolano Edmundo González, y presidentes latinoamericanos como Javier Milei (Argentina), José Raúl Mulino (Panamá) y Santiago Peña (Paraguay), quienes manifestaron su apoyo a la causa democrática venezolana.