Publicado por: DiarioTiempo21 | martes 18 de agosto de 2015 | Publicado a las: 11:56
Las prácticas para burlar las mediciones son cada vez más difundidas en las redes sociales. Un estudio realizado en el país testeó qué efecto tienen y concluyó que todas son mentira.
Algunos están convencidos de que una cucharada de aceite es infalible. Para otros, la receta es cambiar el sabor de la boca: caramelos, chicles, granos de café. Y los más esforzados evangelizan sobre los efectos mágicos de tomar agua en exceso. Los trucos para engañar al alcoholímetro son cada vez más y con las redes sociales viven su tiempo de viralización. Pero todos tienen algo en común: son falsos. Así lo demostró un estudio argentino que evaluó los efectos de todas estas trampas: la mayoría no tiene ningún efecto, y las que tienen, resultan poco significativos.
La investigación fue realizada por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) en mayo. Participaron hombres de entre 21 y 30 años, con un peso promedio de 85 kilos y con una cultura alcohólica moderada.
Uno por uno, se testearon los mitos para burlar los controles de alcoholemia. Uno de los más difundidos, por ejemplo, es que el agua “limpia” el alcohol. Para saber si era cierto, un voluntario tomó una bebida alcohólica y luego, una gran cantidad de agua. La primera medición le dio 0,22 g/l. En la siguiente media hora, tomó 1,5 litros de agua y tras 15 minutos, el test arrojó 0,28 g/l. Falso.
Similares resultados se obtuvieron al testear los efectos de comer dos claras de huevos o tomar una cucharada de aceite antes de beber alcohol (el mito afirma que “enmascaran” la medición), o de masticar granos de café, lavarse los dientes con dentífrico o tomar un exprimido de naranja después de un consumo etílico excesivo (otras presuntas “herramientas” para tapar). Las mediciones no mostraron cambios significativos.
Lo mismo ocurre con los “falsos positivos”. Pero en estos casos, los mitos tuvieron una base real: la cerveza sin alcohol, los jarabes y hasta los bombones de licor pueden hacer subir el alcoholímetro si se hace el test apenas se los consume. Pero al realizar una segunda medición (por protocolo se deben hacer hasta tres con intervalos de 15 minutos, explicaron en Cesvi) el registro baja hasta un rotundo cero.
Estudios internacionales revelan que millones de conductores de todo el mundo echan mano a estos trucos. En España, una encuesta mostró que el 12% de los automovilistas está convencido de que son útiles y uno de cada 10 reconoció que los utiliza.
Hernán de Jorge, del departamento de Seguridad Vial de Cesvi, agrega: “Cuando tienes alcohol en el cuerpo y llega a los pulmones, no puedes mentir. No se disimula si te lavás los dientes o comés pastillas. Las partículas de alcohol estarán en los alveólos pulmonares”.
“El único truco es no tomar alcohol al conducir. Incluso en niveles menores de consumo, dentro del marco permitido por la ley, genera alteraciones del 40% en la precisión de maniobra y un aumento del 20% del tiempo de reacción. Conducir es una actividad compleja: hay que tener todos los sentidos a pleno”, concluye Aiello.