Publicado por: Tiempo21 | viernes 21 de noviembre de 2025 | Publicado a las: 15:59
La Casa Blanca rechazó una propuesta de transición presentada informalmente por Nicolás Maduro y habilitó a la CIA para ejecutar operaciones secretas dentro de Venezuela. En paralelo, Washington mantiene el mayor despliegue militar en el Caribe en décadas, bajo la operación “Lanza del Sur”, mientras Trump anticipa un inminente contacto directo con el mandatario venezolano.
Estados Unidos elevó significativamente la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro en medio de un escenario militar sin precedentes en el Caribe. Fuentes citadas por medios estadounidenses señalan que el presidente Donald Trump autorizó operaciones encubiertas de la CIA dentro de Venezuela, además de consolidar un masivo despliegue naval encabezado por el portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande de la flota norteamericana.
El movimiento forma parte de la operación “Lanza del Sur”, que reúne más de 15.000 efectivos, marines en naves anfibias y fuerzas estacionadas en Puerto Rico, en un nivel de presencia militar no visto desde la Crisis de los Misiles de 1962.
Mientras el Pentágono afina listas de posibles objetivos —incluyendo instalaciones ligadas al narcotráfico y unidades militares cercanas al círculo de Maduro— la CIA estaría facultada para ejecutar acciones secretas como sabotajes, operaciones cibernéticas e iniciativas psicológicas. Aunque no se ha hablado de una intervención terrestre inmediata, las medidas se describen como fases previas a escenarios de mayor confrontación.
En paralelo, Trump confirmó que “muy pronto” conversará directamente con Maduro y aseguró tener “algo muy específico que decirle”, sin revelar detalles. La declaración llega en momentos donde continúan ataques estadounidenses contra embarcaciones acusadas de transportar drogas, acciones que han dejado 22 botes hundidos y 83 muertos en el Caribe y el Pacífico.
A la tensión militar se suma un episodio político clave: según The New York Times, Maduro habría planteado en contactos informales la posibilidad de dejar el poder tras un período de transición de dos o tres años. Washington rechazó la propuesta por considerarla incompatible con sus objetivos. Maduro también habría abierto la puerta al ingreso de empresas estadounidenses al sector petrolero, en un intento por aliviar la asfixia económica del país.
Sin embargo, la cúpula chavista niega cualquier negociación. El ministro del Interior y número dos del oficialismo, Diosdado Cabello, aseguró que “nada puede poner en riesgo” al régimen y calificó de “mentira” la existencia de un plan de transición.
En Estados Unidos, la ofensiva diplomática y militar avanza mientras el Departamento de Estado formaliza la designación del Cartel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera. Aunque la calificación no habilita automáticamente acciones militares, abre un camino legal para operaciones contra actores vinculados al gobierno venezolano.
Desde la oposición, Henrique Capriles sostuvo que la crisis requiere una negociación directa entre Trump y Maduro que aborde temas humanitarios, la crisis institucional y la liberación de presos políticos.
La incertidumbre persiste mientras la Casa Blanca mantiene abiertas todas las opciones y Trump anticipa una decisión inminente sobre los próximos pasos de su estrategia hacia Venezuela.