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Edoardo Tosti-Croce representante de Fundación Ecam: «La clase política debe crear algo equivalente a la Comisión Valech por derechos humanos de menores»

Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 3 de agosto de 2018 | Publicado a las: 16:58

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El Informe del Comité de derechos del Niños de Naciones Unidas, reconoció que la situación que afecta a niños, niñas y adolescentes desde hace algún tiempo en Chile en los centros de menores «es grave y requiere de cambios radicales».

 

Según la ONU, la decisión de separar a los niños de las familias debe ser la última alternativas, pero que los tribunales separan por “razones administrativas” a hermanos, prueba de ello es que en 2017, el 24,1% de los niño tenía hermanos en otros centros del Sename.

 

Doctor Edoardo Tosti-Croce: “Hasta que la cosa reventó (…) algo parecido a lo que ha ido ocurriendo en otras temáticas y organizaciones humanas, tanto en Chile como en el extranjero, a medida que se va conociendo la verdad: triste e impactante”.

 

 Diario Tiempo21

 

Un fuerte mazazo recibió el estado chileno cuando el último día de julio el Comité de Derechos del Niño de la ONU reveló graves vulneraciones a los derechos humanos de menores residentes en hogares públicos en Chile durante los últimos 40 años.

.El duro informe –entregado recién el lunes al Ministerio de Justicia- señala la responsabilidad estatal por la existencia de «graves violaciones de la convención internacional sobre los derechos del niño».

¿Qué acusa? “Graves negligencias por parte del personal responsable del cuidado de los menores» así como casos de «abuso sexual, torturas y tratos crueles e inhumanos» en residencias del estatal Servicio Nacional del Menor (Sename).

«El informe viene a reafirmar el diagnostico que el Estado de Chile, especialmente el actual Gobierno, tiene en relación a los niños, niñas y adolescentes vulnerados en nuestro país», ha indicado Hernán Larraín, ministro de Justicia, durante la presentación del documento, elaborado por una misión de expertos enviada a Chile por el comité de la ONU.

Durante el pasado enero, la misión se entrevistó con un centenar de personas entre ministros, jueces, fiscales y personal del Sename, que depende del ministerio de Justicia. También visitaron más de una decena de residencias y revisaron informes sobre investigaciones locales sobre las irregularidades ocurridas.

En nuestra edición 401 del 22 de agosto de 2016, Tiempo21 entrevistó al doctor Edoardo Tosti-Croce, académico del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad de La Frontera, doctor Edoardo Tosti-Croce Astesiano puede hablar de este tema con conocimiento y causa.

Porque en su condición de profesor conoce todos los aspectos del desarrollo social y sicológico de una persona y también, porque logró la tuición de una menor de 15 años –hoy casada, madre de dos hijos y profesional- y también de otra menor, que conoció en un hogar de Lautaro.

Como primera cosa quiero agradecer, como representante en la Región de la Fundación Ecam (Egresados de Casas de Menores) y como simple ciudadano interesado en esta temática hace más de 18 años a Tiempo21 por invitarme a conversar sobre este penoso y, por qué no decirlo, vergonzoso tema, que por razones que no logro entender, mucha prensa ha dejado en segundo o tercer plano y ha privilegiado otras temáticas que, a mi manera de ver, son de una gravedad menor: claro porque aquí estamos hablando de la vida, el abuso, el sufrimiento y la muerte de miles de niños, en el sentido amplio del concepto.

La Fundación Ecam tiene entre como uno de sus principales “Ser un ente independiente del Estado y de los hogares de menores del país, con el propósito de enfrentar la problemática de vulneración y riesgo social de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, entregando respuestas y acciones directas”.

¿Qué siente con el informe de la ONU que concluye que el Estado de Chile ha vulnerado, por más de cuarenta años, los derechos de los menores a su cargo?

-Ayer (martes 31 de julio)  leí el informe que hizo la Comisión de la ONU que vino en enero de este año y justamente tuve sensaciones encontradas. Por un lado me daba mucho gusto enterarme que lo que hemos estado planteando hace tantos años, tanto desde la Fundación Ecam, como en lo personal y desde la academia, estaba siendo confirmado por esta Comisión internacional e incluso ésta va mucho más allá, ya que deja muy en claro la cantidad y nivel de incumplimientos internacionales por parte del Estado de Chile, a través de sus muy diversos gobiernos, además de los graves daños y atrocidades que se han cometido en nombre de una muy mal entendida protección de los niños vulnerados y vulnerables.

Es curioso, pero si uno conversa individualmente con muchas personas que trabajan para este muy sui generis sistema de protección, uno encuentra personas muy buenas, pero como sistema en su conjunto es más que malo, es nefasto, ya que al final el humano en proceso de formación, que se supone debe ser el centro del asunto, pasa a segundo plano y se convierte en un número que puede ser representado por estadísticas, con hermosos y coloridos gráficos de barra o de torta.  Rápidamente se deja de lado al ser humano que hay en ese niño y por lo tanto toda su potencialidad para convertirse en un elemento útil para la sociedad.

De hecho, es para preguntarse cómo algunos de los que han sido usuarios de este sistema, es decir después de toda una infancia y adolescencia institucionalizados, han logrado ser personas de bien y han salido adelante. Pero en esto que sin duda es sorprendente, es usado por ciertos medios han mostrado durante mucho tiempo, como si esa fuera la regla; entonces el gran público se anestesió y probablemente consideró que ese sistema de protección funcionaba y estaba bien.  Hasta que la cosa reventó, cuando se comenzó a conocer la magnitud de las fallas, abusos y delitos que ocurrían en su interior; algo parecido a lo que ha ido ocurriendo en otras temáticas y organizaciones humanas, tanto en Chile como en el extranjero, a medida que se va conociendo la verdad: triste e impactante.

Las agravantes acá es que, además de tratarse de niños, este sistema nunca se planteó como “en guerra” contra ellos, sino más bien que el sistema era nada menos que para protegerlos. Digamos que, además, cinismo puro.  Por cierto, los ideólogos de este sistema cobraban sus muy perfumados sueldos a fin de mes o bien se arreglaban las cosas con la subvención y donaciones, para derechamente lucrar, como denuncié por este mismo medio hace algunos años atrás.

Uno se puede preguntar muchas cosas y encontrar algunas respuestas, pero hay algo que no se entiende: ¿cómo se logró levantar un sistema, con platas públicas, en que las auditorías económicas y técnicas no existían y las supervisiones a los Centros (Ocas y Cread) eran y son más bien risibles?

Bueno, en realidad también hay otras instituciones, que incluso están para perseguir el delito, que también han manejado discrecionalmente (de manera fraudulenta, mejor) dichos recursos económicos, por lo tanto si vamos tirando la hebra, al parecer, es la clase política la que debe dar explicaciones, ya que es esta clase la que hace las leyes, la que nombra a los jefes de los servicios controladores y los altos mandos, justamente para que cautelan el buen uso de estos recursos.

Claro, si uno lo lleva a ese nivel, entonces como que se paraliza todo y de hecho eso es lo que ocurrió con las votaciones de los sendos informes emanados de las dos “Comisiones Sename” de la Cámara de Diputados: en la primera se rechazó acusar constitucionalmente a un ministro de la Corte Suprema, que tenía responsabilidades de omisión evidentes y en el otro a una ex directora nacional del Sename, la que se refería a los niños de larga permanencia en las distintas instituciones, como el “stock”, (martes 5 de julio de 2016, ministra Javiera Blanco, en la Cámara de Diputados) ¿se acuerda?

Pero tampoco se entiende que, después de todas las cosas que se han ido sabiendo, todavía no se haya hecho una auditoría técnica profunda que permita asignar responsabilidades concretas, por tanto dolor generado y sólo cabe esperar que a partir de este informe, la clase política se decida a crear algo equivalente a la Comisión Valech, ya que no cabe duda que aquí hay responsabilidad del Estado y de las personas mandatadas por éste para tan delicada labor. Esta investigación la han comenzado a hacer unos pocos equipos periodísticos de los que todavía uno puede sentir cierto orgullo.  Pero debería ser la misma Justicia la que aborde esta tarea, si quiere repuntar en su popularidad ante la ciudadanía, o una comisión de alto nivel ético y moral, que no tenga compromisos partidistas ni, menos, económicos con las Ocas o con el Sename.

Por cierto, la otra “sensación” que me produjo este informe, es una profunda vergüenza por lo que ocurre en nuestro país y bajo las narices de todos nosotros, incluyendo muchos profesionales que, no entiendo cómo, han aceptado ser parte de este oprobio

¿Qué antecedentes tiene acerca del número de niños, niñas y adolescentes de la región que se encuentran bajo la tutela del Sename y sus instituciones colaboradoras, cuyos derechos han sido vulnerados?

-Muchos antecedentes no tengo y no puedo tener porque el “sistema Sename” es hermético e ideológico. Hermético porque no comparte la información que tiene o debería tener. Por ejemplo, en reiteradas oportunidades he solicitado un dato muy puntual acerca de los tiempos que los niños permanecen institucionalizados y no hay caso de poder saberlo; sólo informan a través de entrevistas (cuando las conceden) de unos fantomáticos promedios, de los que no explican cómo los calculan. De hecho, me sorprendió que en el Informe de la Comisión ONU se indicara que había casos de “incluso 5 años”, muy superior a esos 1,8 o 2,4 años de los que habla vagamente el Sename, en todo caso muy inferiores o esos 8, 10, 12, 15, 18 o 22 años que yo he ido conociendo por nombre y apellido durante estos años. Pero es hermético también por la circular que envió a todos los centros a los que entrega subsidios, en orden a que se prohíben los padrinazgos (o madrinazgos) de fin de semana, por el eventual duelo que le pueden provocar al niños, si este padrino o madrina deja de visitarlos. Es decir, para el Sename es mejor que los sábados y/o los domingos esos niños se quede en la residencia.  Podemos imaginarnos lo que es eso; si el resto de los ciudadanos esperan con ansias el viernes, para que llegue, por fin, el fin de semana, Para estos niños, tan chilenos como nosotros, el viernes es preámbulo de aburrimiento y ocio. Y ya sabemos lo que dice el refrán popular cuando comienza a imperar el ocio, para peor en un espacio en que se ven favorecidos los abusos por parte de adultos o de compañeros mayores.

Pero además decía que el sistema es ideológico, ya que las alternativas que ofrece este sistema son, básicamente, volver  a su familia o familiares de origen (los menos), la adopción total para los niños/as más pequeños (cerca de 500 al año), o la larga permanencia hasta ser egresado, cuando el/la joven alcanza la mayoría de edad.  Es cierto que existen programas de Familias de Acogida Especializadas (FAE), pero atienden una proporción muy pequeña y además allí también hay mucho de ideología y poco de Biología del Desarrollo, ya que las FAE están diseñadas para ser sólo transitorias, hasta que aparezca una familia a la que se entregue en adopción a ese niño.  Lo pudimos ver dramáticamente ilustrado hasta qué punto llega lo ideológico con el mediático caso del carabinero José Luis Paredes de Puerto Montt y su pareja, que manifestaron su interés en adoptar a la niña que tenían hace ya casi 3 años en colocación familiar desde que la recibieron como bebé de pocos meses: ya sabemos cómo reaccionó el Sename.  Afortunadamente en ese caso primaron las gestiones que se hicieron tras bambalinas y finalmente la niña quedó con esa pareja, pero hay muchas otros casos en que primó lo “administrativo” sobre lo “humano”, para mala suerte de todos, empezando por esos niños que son re desarraigados.

Es cierto que también hay algunas adopciones de niños/as “mayorcitos”, pero estas se privilegian hacia el extranjero, ya que, de nuevo, surge lo ideológico. En efecto, el dogma es: “En Chile nadie quiere adoptar a niños/as más grandecitos, a diferencia de otros países”.

La preguntas que surgen acá son, ¿de dónde sale ese dogma?, ¿qué programas o iniciativas puede exhibir este sistema de protección y en particular el Sename, que haya apuntado hacia reclutar de manera seria a familias con experiencia parental, para acoger chicos/as “más grandecitos”, ya sea para adopción o para tuición (no es colocación familiar)?

No hay, por lo tanto esa afirmación que hacen con cara de expertos es sólo eso, una repetición sin evidencia.  Digo esto porque varias veces me he encontrado con “expertos/as” que sostienen esto, sin poder mostrar evidencia de respaldo.

Cabe destacar que esas adopciones al extranjero, aparte de no ser precisamente gratuitas para los postulantes y de las que en las últimas semanas se ha sabido de algunas fallidas, la pasada contravienen lo que sostiene y recomienda la Unicef, en orden a que las adopciones sean, ojalá, en el mismo país, e incluso la misma ciudad.  Claro, la idea es que al niño/a vulnerado, normalmente con más de un duelo en el cuerpo, no se le agreguen otros, como es su entorno cultural y geográfico.

Yo me pregunto ¿por qué este sistema de protección no se abre a la posibilidad de alternativas más flexibles?  Como por ejemplo la de la tuición o cuidados personales, entregados por un tribunal competente. Como usted y sus lectores saben, nosotros como familia tuvimos esta experiencia como Familia de Acogida por Tuición (NO colocación familiar) en el 2000, al recibir como una hija más a una chica que en ese momento tenía 15 años y ahí están los impagables resultados: una profesional que está aportando a la sociedad, felizmente casada y madre de dos hijos preciosos. El esfuerzo lo puso ella, nosotros sólo le dimos una oportunidad un poco más amigable que la vida institucionalizada que llevaba desde hacía 12 años. Ella supo aprovecharla y nosotros ganamos una hija del corazón y dos nietos que se las traen … ¡como pianistas!

Usted en el 2013, apoyó el informe de la comisión Jeldres, que acusó que más de 15 mil niños internos son vulnerados en sus derechos. Desde esa fecha ¿ha cambiado algo la realidad de los niños internos en Chile?

-Como decía antes, por lo hermético del sistema, no puedo dar cifras exactas en relación a cuántos niños, niñas y adolescentes hay en residencias y en programas ambulatorios. Pero durante el 5to coloquio sobre infancia y juventud vulneradas y vulnerables, que organizamos en la Ufro con mi colega María Raquel Lara, las juezas de familia Mónica Jeldres (que dirigió la famosa comisión) y Pilar Villarroel, nos informamos que ha habido una reducción en el número de niños por residencia, por lo tanto el total de niños y niñas chilenos que viven institucionalizados. Pero al mismo tiempo hay denuncias, en especial por parte del presidente de Ecam, mi gran amigo Matías Orellana, de que muchos de los egresos (salida del sistema), en especial aquellos hacia las familias de origen, se hicieron de manera muy precipitada y sin un real seguimiento posterior. Es decir, si antes se hicieron informes que “justificaban” el alejamiento de  niños de su familia de origen, ahora otro informe decía que podía volver sin problemas. Pero el problema es que la revinculación es un tema muy delicado, ya que ese niños pueden encontrarse con situaciones muy complejas, como adicciones o conductas abusivas de los adultos que los tendrán a cargo y que no fueron visibilizadas en el informe técnico, situaciones que esos niñas y niños no están dispuestos a soportar y entonces terminan por alejarse y en ese caso el riesgo de pasar a “situación de calle” o cosas peores es muy alto.

Usted propuso crear “un sistema de llamado y evaluación de familias dispuestas a acoger a estos menores” ¿se ha realizado algo en este sentido?

-Aunque le agradezco esta pregunta, debo reconocer que es una herida abierta, porque es evidente que no he sabido llegar con este mensaje, a pesar de la buena voluntad de algunos medios, entre los que destaca Tiempo21, Ufro Medios, Autónoma Televisión, Diario Austral y otros.

Para quienes no pertenecemos a los grandes lobby que prácticamente se han adueñado de la televisión abierta y disponemos sólo de nuestros recursos personales, es muy difícil lograr más difusión.  Pero algunas cosas hemos logrado. Por ejemplo, entre los distintos aportes que Matías Orellana ha hecho en diversos medios de la capital y, sin ir más lejos, el aporte que hizo Matías Orellana ante esta Comisión de la ONU cuando se entrevistó con ellos en enero. Entre otras cosas les señaló esto de que en Chile las familias de acogida por Tuición o Cuidados Personales no es tema para el Sename, por este ideologismo que expliqué antes y eso se ve reflejado en el Informe. De hecho cuando leí esa parte me corrió una sensación especial por la espalda…

Lo otro, muy relevante y en lo personal muy emocionante, fue la oportunidad que nos dio la Asociación de Magistrados, para exponer en el III Tercer Congreso de Familia que organizó en Pucón en abril pasado.  En efecto, luego de la ponencia de Matías Orellana sobre lo que es la vida institucionalizada, como ex usuario del sistema, hace ya varios años, pudimos exponer con mi hija del corazón, contando nuestra experiencia, desde ambas perspectivas, iniciada en el ya lejano mayo de 2000.  Fue poco más de media hora muy intensa y por los comentarios posteriores creo que logramos “llegar” a los cerca de 120 magistrados presentes: ojalá así haya sido.

¿Qué responsabilidad tiene la justicia chilena, pensando que el juez Héctor Carreño en el 2013 desconoció el denominado informe de la llamada Comisión Jeldres?

-Bueno, no creo ser yo quien deba insistir sobre las responsabilidades que tiene la justicia chilena sobre esta nueva omisión que ha tenido sobre los DD.HH, esta vez en contra de niños, niñas y adolescentes y, para peor, en democracia.  Son esas cosas de las que se suele decir; “la historia los juzgará”, pero no cabe duda que algo podrían hacer para remediar en algo que sea.

¿Qué medidas debieran ser adoptadas en el corto, mediano y largo plazo, para responder y superar el informe del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas?

-Son muchas cosas las que hay que hacer, partiendo porque la clase política reconozca transversalmente que aquí ha habido violaciones graves de los DD.HH., bajo diferentes tipos de gobierno y por lo tanto corresponde que se declaren imprescriptibles ya que sin duda son de Lesa Humanidad.  Pero además se establezca una clara voluntad de un rotundo “Nunca más”, a la vez de la reparación correspondiente. Si así se ha hecho por los adultos que fueron perseguidos, eliminados y hechos desaparecer en una época reciente de nuestra historia, no veo por qué no se debería hacer lo mismo con quienes fueron niños que se suponía debían ser protegidos, para que se desarrollaran lo mejor posible, permitiéndoles volver a tener una vida familiar.

Pero también se pueden tomar algunas medidas que no requieren de leyes ni mayores recursos, como, por ejemplo, que las instituciones de educación superior se abran al “acogimiento académico” de jóvenes que han vivido institucionalizados, con un ingreso preferente, en especial para aquellos que en los hechos ya han demostrado que tienen claro que es a través del estudio que pueden torcerle la mano a ese “destino” que parecía muy mal escrito para ellos.

De hecho, cuando tú conoces a un chico o una chica que lleva 12, 14 o 16 años institucionalizado, que no sólo va a la día en su escolarización, sino que además tiene un promedio de notas sobre 5,5 o incluso sobre 6,0 a uno se le viene varias preguntas a la cabeza: ¿cómo lo ha hecho?, ¿yo habría podido lograr eso si me hubiese tocado vivir de ese modo, sin un padre y/o una madre presente?, ¿es inteligente, para la sociedad como sistema, dejar que una persona con esas características de resiliencia y esfuerzo se pierda o bien se conforme con un destino de menor calificación.

Claro, porque hay que decirlo, si vivir institucionalizado ya es un daño per se que se hace al niño, aún cuando no haya sufrido abusos, el momento del egreso del sistema de protección cuando alcanza la mayoría de edad es un momento en que ese chico se juega el destino.

Hay que reconocer que hay residencias o instituciones que, “dentro de lo posible”, preparan para la “vida independiente”, pero hay muchas otras en que esos “programas” de preparación para esa nueva etapa son un verdadero y cruel chiste, según me ha explicado el mismo Matías. Por supuesto, era que no, esos programas se licitan y son las instituciones u ONG de siempre, o que se constituyen para esos fines, las que los ganan … y no poca plata.

Creo que para ese momento de alto riesgo deben hacer su aporte las Instituciones de Educación Superior públicas o con una real vocación de tales.

En este sentido puedo contarle como verdadera primicia que en el último Consejo Académico de la Ufro de la semana pasada, se aceptó nuestra propuesta para este tipo de ingreso y a partir del proceso de Admisión 2019 habrá 6 cupos, uno por Facultad, para estos chicos esforzados y talentosos.  En este nuevo tipo de admisión especial, además de considerar sus notas de E.M. y otros parámetros, se considerará el hecho de haber vivido de manera institucionalizada, por una medida de protección emanada desde un Tribunal de Familia. La idea de este tipo de “consideración”, tal como hay varias otras (Deportiva, Indígena, Discapacidad, Programas Pace y Proenta, etc), surgió para el Tercer Coloquio sobre Infancia y Juventud realizado en noviembre de 2016, ya que el rector Bravo se entusiasmó con la idea y nos autorizó para comunicarla al finalizar la cita.  El año pasado tuvimos un primer acercamiento con las residencia con jóvenes en Enseñanza Media que viven en las distintas residencias de la Región de La Araucanía, ya que queríamos conocer a estos jóvenes, pero por sobre todo queríamos que ellos conocieran la Universidad y pensaran seriamente que es una oportunidad factible para ellos. Puedo decir que la respuesta fue muy buena, ya que es evidente que, de un modo u otro, quienes han convivido por tanto tiempo con estos niños, niñas y adolescentes, quieren verlos proyectándose de la mejor manera en la vida, no con la urgencia de conseguirse un trabajo de baja calificación que les permita pagarse una pieza y subsistir, ya que de ese modo es muy difícil que además pueda seguir una carrera técnica o profesional.  Este año estamos volviendo a convocar, pero ahora con esta verdadera “marraqueta” bajo el brazo, que conseguimos.

Bueno, siempre sobre este punto debo decir que esta idea de ingreso especial ya fue “exportada”.  En efecto, al finalizar nuestra ponencia sobre esta experiencia de convocatoria en el 5to Coloquio, la Jueza Mónica Jeldres nos pidió autorización para llevarla al nivel central, en especial a la Comisión por la Infancia, que convocó el Presidente Piñera apenas asumió este Gobierno, algo que de manera paralela también hizo Matías, ya que estaba al tanto de esta iniciativa. La citada Comisión hizo suya esta idea incorporándola dentro de las cerca de 90 medidas que se propusieron y fue una de las pocas que el Presidente escogió como destacables en su discurso de cierre de trabajo de dicha Comisión: cuando justo escuché al Presidente en las noticias que hablaba que se impulsaría una política desde el Mineduc para el ingreso especial los jóvenes que vivieron como niños y adolescentes institucionalizados, no lo podía creer, “·pero si esa es la idea que surgió en la Ufro”, me dije.

Ahora sólo cabe esperar que muchas otras instituciones de educación superior incorporen esta idea que, modestamente, surgió acá en La Araucanía, más ahora que muchas están adscritas a la gratuidad.

Finalmente, otro punto que sigue gravemente pendiente es intervenir de una vez por todas el Sename, especialmente a nivel de supervisores, ya que debe cambiarse ese hermetismo e ideologismo asfixiante y dogmático que posee.

Dentro de los cambios que visualizo, habría que impulsar aquella propuesta que, con todas las mejoras que corresponda, personalmente presenté al Sename regional y nacional en el 2002 y que apuntaba a desarrollar un programa para reclutar familias con experiencia parental, para que se convirtieran en Familias de Acogida por Tuición (NO “Colocación familiar”), es decir, algo muy parecido a lo que era nuestra propia experiencia familiar. Demás está decir que nunca tuve respuesta por parte del Sename, pero si tuve una respuesta por parte de Unicef cuando les presenté la misma propuesta en 2004, para ver si ese organismo también “opinaba” lo mismo que el Sename.  No sólo la respuesta del encargado para el cono sur del organismo dependiente de la ONU llegó a la vuelta de pocos días, sino que además la carta era una gran felicitación y afirmaba que eso era lo que había que hacer, además de instarnos a seguir insistiendo, para que se implementara esta propuesta. Esto de la flexibilidad se lo voy a explicar de manera muy simple, como lo explicó mi hija del corazón en el Congreso de Pucón.

Un chico o una chica que ha vivido institucionalizado que llega a vivir a una familia que ya tiene sus propios hijos, No llega como centro de mesa, lo que no quita que se vayan creando lazos a partir de la simple y cotidiana convivencia, como dice Maturana y se va asimilando por simple Memética, como definió Richard Dawkins.

Es decir, para este chico o chica se le abre la real oportunidad de poder contar con unos adultos que se comprometen a fondo con él/ella y así ambas partes van descubriendo situaciones:

-Que esos adultos NO se van los viernes a las 5 para volver el lunes a las 9.

-Que se comparten los fines de semana con ellos y con sus hijos.

-Que al compartir con todos ellos, descubre que son demasiado parecidos a ella, pero además que están dispuestos a compartir esta aventura de seguir creciendo juntos, ahora con una nueva hija / hermana.

-Que se puede dar la propia opinión y enfrentar discusiones en la mesa familiar sobre los más diversos temas.

-Que se puede reír hasta las lágrimas si a alguien se le sale algo que resulta muy divertido;

-Que se puede llora de verdad, por penita o por alegría (un verdadero privilegio presenciarlo), por lo que significa ser reconocida, ni más ni menos, como persona y NO como niñita del Hogar Tanto, cuando además nunca se pensó poder acceder a eso a “tan avanzada edad”;

-Que no era verdad eso que alguna vez le explicaron “sabiamente” en el Sename a unos de los adultos que asumieron este verdadero desafío de la vida: que “los los niños mayores de 7 – 8 años, son “casos perdidos”, que sólo hay que esperar que cumplan los 18 para “egresarlos”. Mi modesta inteligencia se rebela ante tamaña, idiotez, disculpando el término y tamaña ignorancia acerca de la plasticidad neuronal, que todos poseemos a lo largo de toda la vida.

-Pero también a tener el derecho a que surja esa muy humana necesidad de explorar en ese pasado nebuloso y estrictamente personal, para tratar de entender (mejor comprender, visto que está demasiado involucrada la emoción) y ver que su nueva familia no le niega ese derecho, que siente muy suyo, aunque a esos adultos les surja el temor que quizás se quiera “volver” a sus orígenes. Y estos adultos la acompañan en ese proceso de búsqueda y de querer comprender, que obliga a la maduración forzada, al ir conociendo la verdad.

Como uno de los adultos comprometidos con esta nueva hija, debo confesar que cuando se presentó esa necesidad de búsqueda, inicialmente lo sentí un poco difícil, ya que qué pasaba si se daba la revinculación. Bueno, nos dijimos, si se diera ese caso esta hija entonces podría tener dos familias: la nuestra y la suya de origen. Esto fue cierto sólo en parte, ya que pudo revincularse sólo con sus hermanos.

Así que su familia somos nosotros, con todos los defectos que tenemos, hasta que la Biología lo determine, aparte por cierto de la hermosa familia que esta hija formó en el 2008 con su marido y que luego completó con la llegada de sus dos hermosos hijos.

Gracias por la oportunidad.


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