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Opinión

Editorial: ¿Fin al Senado?

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 27 de marzo de 2022 | Publicado a las: 11:50

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Este 11 de marzo, el Senado pasó a ser integrado por 50 miembros. Y de acuerdo a la última elección parlamentaria, tendrá 25 senadores de izquierda o centroizquierda, y 25 de derecha o centroderecha. Sin embargo, han levantado coros de senadores y diputados, por la propuesta que pone fin al Senado. ¿Por qué?

La burocracia interna para el estudio de las diversas iniciativas legislativas que “duermen” en el Senado es grave y delicada.  Según El Dinamo, a marzo de 2020 y desde el retorno a la democracia, son más de 5 mil los proyectos que esperan la tramitación, entre proyectos de ley y reformas constitucionales.

El hecho de ofrecer una mirada equilibrada entre dos visiones está lejos de ser una fortaleza, y puede ser su maldición. Para nadie es sorpresa que la Convención Constitucional tiene un marcado sesgo hacia la izquierda y si ya antes de las elecciones había voces que abogaban por un Congreso unicameral, el hecho de que la oposición al Presidente Boric haya conseguido la mitad de los escaños sólo le ha dado más fuerza al requerimiento para discutir la existencia de la cámara alta.

Duro revés para un cuerpo legislativo que puede ayudar al entendimiento en tiempos de fuerte polarización, según nota de La tercera del penúltimo día del año 2021.

La verdad es que esta fiebre por el unicameralismo no es nueva, y por tanto, no sorprende mucho el apoyo que pueda concitar en la Convención. La misma Asamblea es un órgano unicameral y es obvio que los convencionales piensen que si ellos pueden emitir un texto constitucional, una sola cámara también puede hacer lo suyo con las leyes y las futuras reformas constitucionales.

Día a día, son muchos los senadores, diputados y líderes políticos que cuestionan la discusión en la Convención Constituyente, para poner fin a esta instancia que nació junto con la República. Aún más, algunos apuran a la CC para que cumpla con los plazos establecidos y confeccione una nueva constitución.

Con el paso de los meses, las discusiones, análisis y votación de los constituyentes han llegado a jornadas maratónicas para cumplir los plazos establecidos y entregar un borrador que deberá ser votado o rechazado por todos los chilenos.

La burocracia interna para el estudio de las diversas iniciativas legislativas que “duermen” en el Senado es grave y delicada.  Según El Dinamo, a marzo de 2020 y desde el retorno a la democracia, son más de 5 mil los proyectos que esperan la tramitación, entre proyectos de ley y reformas constitucionales.

En ese sentido, no se ha escuchado en forma clara y nítida una autocrítica de los integrantes de la cámara alta, que explique tal situación. Tampoco cambios para superar ese déficit, porque en la práctica, en una semana normal, solo tres días se reúne el pleno y las comisiones, para discutir los proyectos que llegan hasta esa instancia.

Son muchas las materias que se deben abordar para que el proceso bicameral sea sometido con urgencia a ajustes y modernizaciones como el incongruente “proyectos cruzados”, donde proyectos aprobados para una misma materia en ambas cámaras, es rechazado por la otra para mantener vigente el propio. En eso han pasado años.

También -y en ambas cámaras- deberán ajustarse los requisitos para integrarlas. No puede ser que muchos con dudoso pasado anti ético, se presenten como candidatos y resultan electos, gracias a a los cuantiosos recursos destinados a campañas, para adormecer a los ciudadanos y obtener sus votos. En estas instancias, como en tantas otras, se requiere que vuelvan las clases de filosofía, sicología, historia, educación cívica, no solo en las enseñanza básica y media, sino también y en carácter de obligatorias, a quienes cursan estudios universitarios.

Todo lo anterior, no obstante, no es suficiente para dejar de contar con ambas cámaras. Por ningún motivo. Es cierto que el proceso bicameral necesita algunos ajustes y modernizaciones, pero dejar de contar con una segunda cámara sería, a todas luces, un remedio harto peor que la enfermedad.

Cuando aparece algún senador o diputado, criticando las discusiones en la CC acerca de esta materia, habría que pedirle que dedique más tiempo al trabajo legislativo acumulado y más respeto por la Convención Constitucional, que entre mayo y junio contempla semanas territoriales para la difusión de la Propuesta de Constitución (2-13 y 23 de mayo – 3 de junio).

Para el 6 de junio se estima que la Comisión de Armonización entregue su Informe al Pleno y desde el 7-13 del mismo mes, se podrá presentar indicaciones al Informe, mientras que la votación de la Propuesta de Armonización e Indicaciones, serán votadas el 20 y 24 de junio.

El cierre de la Convención quedó fijado para el 5 de julio de 2022.

Lo que sí es misión de todos los chilenos, es permanecer atentos y escuchar los pro y contra de las discusiones de comisiones y sala, cuyos integrantes y pese a todas las polémicas, han dado muestras de seriedad y compromiso con el objetivo trasado. Pese a todo.


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