Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 11 de abril de 2021 | Publicado a las: 12:07
¿Qué nos revela este drama que enfrentar miles de chilenas y chilenos? Sin duda, nos señala que el verdadero problema estructural de la situación de calle y la carencia de políticas de vivienda se suma el importante número de allegados sin soluciones habitacionales. Así los campamentos crecen día a día en distintas ciudades chilenas.
En la madrugada del miércoles 31 de marzo, un hombre en situación de calle murió luego de que se registrara un incendio en el bus que utilizaba como vivienda. De acuerdo a la información entregada por Bomberos, el hecho se registró en el vertedero municipal de Pucón, donde se encontraba esta máquina abandonada.
Aunque aún se investiga el origen del fuego, se presume que fue la adaptación de una cocina que se encontraba al interior del bus.
Pero esos son detalles de una investigación policial, la que deberá entregar al Ministerio Público para descartar la participación de terceros o de alguien o de alguna situación que provocó la muerte de una persona.
Pero los fríos datos proporcionados por Bomberos y Carabineros, solo es un impulso para mirar bajo la alfombra, ante el drama humano de chilenas y chilenos que deben enfrentar todos los días cómo alimentarse y dónde dormir cuando llegue la noche.
Este drama se suma a otro tanto o más doloroso: las familias que se toman terrenos para levantar una modestísima vivienda para vivir junto a sus familias.
¿Qué nos revela este drama que enfrentar miles de chilenas y chilenos? Sin duda, nos señala que el verdadero problema estructural de la situación de calle y la carencia de políticas de vivienda se suma el importante número de allegados sin soluciones habitacionales. Así los campamentos crecen día a día en distintas ciudades chilenas.
Pero digamos las cosas como son. Esto no es digno. Claro que no y lo peor que podemos hacer como sociedad, es acostumbrarnos a este escenario por pensar que hay personas incapaces de incorporarse al sistema. Aquí hay una evidente ausencia del Estado y el espacio público así lo acusa.
No es digno que apenas comienza el atardecer, muchas personas –con sus almas a cuestas- aparecen personas con sus humildes pertenencias buscando un lugar donde descansar y dormir. Quizás muchos no podrán dormir porque un agudo y punzante dolor aparece en sus estómagos.
Hasta el año pasado y con datos reunidos el 2019, en la Región se encontraban registrados a 292 personas en situación de calle. De esa cifra, el 59% o 173 personas, viven –que eufemismo- solo en la ciudad de Temuco. Pero lo que se ve a diario permite concluir que esa cifra han crecido.
En relación a los campamentos, TECHO-Chile, desde el 2001 se encuentra realizando mediciones para precisar el número de campamentos en el país. En el presente año el aumento ha sido explosivo en La Araucanía, que llega al 325,38%. Los factores que incidieron para ese doloroso registro, son el estallido social y la pandemia.
A veces y cuando se disponen de algunas monedas, alcanzará para ahogar sus tristezas en el alcohol y otros les alcanzará para drogas y así comienza una espiral social que lo único concreto que logra es vivir sin dignidad. O también esas familias que comenzaron a tener cierta visibilidad hace más de un año con el estallido social y que hoy parecen construir verdaderas comunidades en puntos determinados de este espacio urbano.