Publicado por: Tiempo21 | jueves 4 de diciembre de 2025 | Publicado a las: 18:16
El 16° Estudio de Drogas del Senda revela un cambio en el patrón de consumo: aunque el alcohol cae a mínimos de 30 años, la automedicación con fármacos psicoactivos crece y la cocaína aumenta en sectores de bajos ingresos.
El 16° Estudio de Drogas en Población General del Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) ha revelado tendencias divergentes en los hábitos de consumo de sustancias en el país, lo que plantea nuevos desafíos para la salud pública y la salud mental.
Si bien la encuesta —aplicada a una muestra representativa de 11,4 millones de chilenos— trae consigo la noticia positiva de una reducción histórica en el consumo de alcohol, también enciende una alerta sobre la automedicación y el uso de sustancias ilícitas en segmentos vulnerables.
La principal conclusión del estudio es la marcada baja en la prevalencia de consumo de alcohol mensual, la cual descendió de 39,2% en 2022 a 34,6% en 2024. Este es el nivel más bajo registrado desde que el Senda inició la encuesta en 1994.
La disminución se observa en todos los segmentos, pero es especialmente significativa en dos grupos etarios:
Pese a esta tendencia a la baja en la prevalencia, el Senda advierte sobre la intensidad del consumo, pues un 47,2% de quienes bebieron en el último mes reportaron haber llegado a un estado de embriaguez (definido por el consumo de 5 o más tragos en hombres, o 4 o más en mujeres).
La noticia preocupante se centra en el cambio de sustancia de consumo. Mientras que el alcohol y el tabaco (cuyo consumo diario también disminuyó de 17,7% a 16,5%) muestran bajas, el uso de fármacos para manejar la ansiedad y el estrés sin supervisión médica se incrementó.
El organismo estatal alertó que el consumo de tranquilizantes sin receta subió de 1,8% en 2022 a 2,2% en 2024. Este aumento es un indicador de la creciente necesidad de la población de recurrir a la automedicación para enfrentar problemas de salud mental.
En el ámbito de las drogas ilícitas, la marihuana alcanzó su prevalencia anual más baja en una década, cayendo de 10,9% a 10,1%. La disminución es notoria en adolescentes (12 a 18 años), cuyo consumo bajó drásticamente de 6,7% a 2,4%.
Sin embargo, el estudio expuso una preocupante segmentación en el consumo de drogas más duras: