El mandatario revive su línea más dura en migración al firmar una nueva proclama que afecta a países con gobiernos “hostiles” o con fallas en seguridad, despertando duras críticas y preocupaciones sobre discriminación y aislamiento.

El presidente Donald Trump firmó este miércoles una polémica proclama que restringe total o parcialmente la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de 19 países, alegando razones de seguridad nacional y fallas en los sistemas de control migratorio de esas naciones. La medida afecta especialmente a ciudadanos de Cuba y Venezuela, que quedan excluidos del país con múltiples categorías de visa, lo que ha generado inquietud por su impacto humanitario y político.

La decisión establece una prohibición total de ingreso para 12 países, entre ellos Afganistán, Irán y Somalia, y restricciones parciales para otros 7, incluyendo Cuba, Venezuela y Laos. Aunque se contemplan excepciones –como residentes permanentes, deportistas de elite o personas con doble nacionalidad no afectada– la medida ha sido ampliamente criticada tanto dentro como fuera de EE.UU.

“La seguridad del pueblo estadounidense es lo primero”, argumentó la Casa Blanca, afirmando que estos países “no cooperan en la verificación de antecedentes” y han fallado en aceptar el retorno de sus ciudadanos deportados.

La proclama, que entrará en vigor el próximo 9 de junio, afecta visas de turismo (B-1/B-2), estudiantes (F y M) e intercambio (J) para los nacionales cubanos y venezolanos. Se considera que ambos países han incumplido los estándares mínimos de cooperación internacional y presentan deficiencias graves en la emisión de documentos y control migratorio.

El anuncio generó rechazo inmediato desde sectores demócratas y gobiernos como el de Venezuela, que calificó la medida como “una persecución política disfrazada de seguridad”. La congresista demócrata Pramila Jayapal advirtió que esta política “reproduce el veto musulmán” del primer mandato de Trump y “aísla a EE.UU. del resto del mundo”.

Por su parte, el mandatario utilizó su red Truth Social para justificar la decisión con un reciente ataque en Colorado, insistiendo en que “los extranjeros mal investigados son una amenaza real” y que el país no puede permitirse “una migración abierta sin filtros fiables”.

Aunque la proclamación plantea que la lista de países podría revisarse si se corrigen las “deficiencias identificadas”, el mensaje es claro: la administración Trump vuelve a apostar por su enfoque más estricto y nacionalista en política migratoria, en un año electoral que podría redefinir el rumbo de la Casa Blanca.